Visto y Oído
Broncano
Ni puedo ni quiero detenerme en una exhaustiva reseña de los muchos libros -especialmente poéticos aún cuando así mismo abordó la prosa y el tema teatral-, salidos de la inspiración de Manuel Ríos Ruiz y, tampoco detenerme en la reseña de los muchos premios alcanzados por éste a lo largo de su fecunda vida creativa. Una vida que quedó interrumpida en la madrugada del 3 de octubre de 2018. A lo que no me resisto es a obviar algunas de las infinitas frases que sobre su obra han dejado escritas figuras de la talla de José María Pemán: "Se arroja sobre la palabra para extraerle toda su entraña de emoción y llamamiento". Francisco Umbral: "Quizá desde García Lorca no se había hecho nada tan profundamente andaluz". Eugenio Cobo: "Lumbrera y signo definitivo de la generación de los sesenta. Inmensa la devoción de Ríos Ruiz por la palabra". Víctor García de la Concha: "Ríos Ruiz es un ejemplo claro del barroquismo andaluz que rezuma la conciencia de comunión con lo telúrico"… y así hasta "una inefable presencia" de autores analizando la ingente obra del jerezano.
De los muchos valores que Manuel Ríos Ruiz "compañero del alma, compañero, como él sublimiza al poeta de Orihuela" llegó a alcanzar con su fecunda obra poética quisiera destacar -y esto va a título personal-, la enorme facultad, el rigor y la sensibilidad de que supo hacer gala mediante sus versos lo mismo en el terreno flamenco, -recordemos 'Razón, vigilia y elegía de Manuel Torre'-, trabajo dado a conocer por su autor ante la puerta central de la ermita de la Yedra el día en que Jerez conmemoraba el centenario del nacimiento del mítico cantaor en respuesta a la convocatoria de la Cátedra de Flamencología de Jerez -de la que el fue bastión irreductible junto a Juan de la Plata, Manuel Pérez Celdrán y Esteban Pino- y que más tarde ofreció, algo abreviado, en el seno de la peña flamenca 'Tío José de Paula', o 'El cante de Jerez', poema premiado con la Flor Natural de los Juegos Florales del Flamenco en 1968, donde deja constancia de su inmensa facultad al conseguir elevar el lenguaje popular a lo más culto, íntimo y tierno; un lenguaje pleno de autenticidad extraído de esta su tierra sureña-jerezana: "De madrugada en sus liños/,suspiraban por sus parras/y el aroma de sus yemas/las cepas recién podadas/".
"Amores con la tierra", "con su tierra", ha sido, -aún residente de años en Madrid en donde falleció y en donde a no dudar le recitaría al oído a Tina, su amor de siempre, el último de sus versos-, una constante en su vida y su barrio de Santiago, en el que vino al mundo lo llevó marcado por siempre. Le acompañé, le acompañamos sus amigos y compañeros de la Cátedra en incontables ocasiones, no faltando al descubrimiento de la dedicatoria a su plaza del Poeta Manuel Ríos Ruiz, y el grupo de teatro de Radio Popular de Jerez, que durante una década tuve la inmensa satisfacción de dirigir puso en escena una obra teatral, -como queda referido también Manuel abordó esta parcela creativa- titulada 'Las Razones del Cante', estrenada en el salón de actos del entonces Colegio Menor de la Juventud, de Jerez. Su poesía flamenca me ha servido para recordar entre otras figuras a Tía Juana la del Pipa -abuela del bailaor-, Tío Borrico y La Paquera de Jerez, trabajos incluidos en los CDs Memoria jonda.
Hoy le daremos el último adiós y a Tina el abrazo más emocionado del que seamos capaces.
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