El parqué
Álvaro Romero
Descensos moderados
Veintiocho de febrero de 1980. Sobre las 23 horas. Casino de la Exposición en Sevilla, centro de recepción de los datos oficiales del referéndum. Cunde el desánimo. Se confirma que el referéndum autonómico no ha prosperado por un estrecho margen. A esa hora, José Recio, tranquilo y seguro, vino a verme y me dijo: "No hemos conseguido el objetivo pero el pueblo andaluz vencerá y conseguirá su plena autonomía".
Su experiencia política, aún corta, pero intensa, conseguida en circunstancias difíciles, le inspiraba esa visión estratégica de largo alcance, circunstancia que siempre le acompañó.
Nacido en Jaén en 1951 y apenas conseguida su licenciatura en Derecho, ingresó en las Juventudes Socialistas y en el PSOE. En 1974 llega como asesor de UGT a Bilbao, que en aquellos tiempos vivía una intensa conflictividad derivada de la situación política, social y económica. En aquel socialismo reivindicativo y luchador conoció y colaboró con los militantes históricos del mismo como Ramón Rubial, Nicolás Redondo (padre), Lalo López, Txiki Benegas, los hermanos Múgica, Solchaga…
En 1978 y como institución de autogobierno se crea el Consejo General Vasco, presidido por Ramón Rubial, siendo José Recio director general de la Presidencia.
Constituido en junio de 1979 el segundo Gobierno Preautonómico de Andalucía, presidido por Rafael Escuredo, José Recio es nombrado director general de Interior y al siguiente año viceconsejero, desplegando una intensa actividad política en las consultas referendarias y en las primeras elecciones legislativas.
Apartado unos años de la política activa, el presidente Rodríguez de la Borbolla lo nombra en 1986 consejero de Fomento y Turismo.
Dos años después, deja definitivamente la actividad política e inicia una nueva etapa; primero, en el Banco de Vizcaya, ocupándose de la fusión con el Banco de Bilbao para crear el BBV, de cuyo consejo de administración formó parte. Después con su amigo y compañero Carlos Solchaga y por medio de la entidad que formaron se dedicó a la consultoría y asesoramiento económico-financiero.
Vinculado desde entonces a Madrid, tanto familiar como profesionalmente, contrajo matrimonio con Belén Martínez Fresneda, de cuyo matrimonio tuvo dos hijos. No obstante, nunca olvidó sus años sevillanos. En Sevilla tenía grandes amigos y con muchos de ellos compartía los veranos en el Puerto de Santa María, enamorado de las playas gaditanas que descubrió por tierras de Sanlúcar.
Decía un poeta romano que "una prueba de amistad es honrar la memoria del amigo", cuando ya no está con nosotros. Pepe Recio ha sido una persona querida y admirada por sus numerosos amigos. Dotado de un gran sentido práctico, enriquecido por sus experiencias políticas y profesionales, su opinión o su consejo eran siempre muy tenidos en cuenta.
Nos ha dejado una gran persona y un amigo muy querido. Hasta siempre, compañero.
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