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Es una absoluta locura. Ir a trabajar y no regresar jamás al hogar. Quizás a fuerza de ver casos prácticamente a diario nos hemos acostumbrado. Y ese es precisamente el problema. Hay muchas formas de morir. Incluso puede haber motivos para desear la muerte como el sufrimiento continuo y constante. Pese a ello, dentro de la lista que cada cual puede hacerse para cuando aprueben la eutanasia, jamás estaría morir por el simple hecho de ganarse el sustento: el techo y la comida. Ayer por la tarde un terrible accidente laboral acaeció en Jerez. La imagen era desoladora. Compañeros llorando con gesto incrédulo, vecinos llevándose las manos a la cabeza incapaces de creer que la guadaña de la negra señora había sobrevolado sus calles. Serán la Inspección la que aclare cómo ocurrió todo, aunque parece que el infortunio tuvo mucho protagonismo. La seguridad es esencial. En ocasiones habrá tanta mala suerte que nada se podrá hacer pero, por si acaso, tomemos medidas, pongamos los cinco sentidos y volvamos a casa cada día.
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