el poliedro
Tacho Rufino
¡Regale usted inteligencia!
FÚTBOLTribuna libre
Si echamos una mirada al pasado y nos situamos en el comienzo de la segunda mitad del siglo anterior, allá por la temporada 1956-57, el baúl de los recuerdos de los que éramos niños nos hace desempolvar esa imagen de la primera vez que fuimos a un partido de fútbol al desaparecido Estadio Domecq y vimos jugar a Rafa Verdú. Se nos viene a la memoria aquella pareja de medios volantes de enorme predicamento popular que formaban Rafa y García Verdugo.
El primero era el creativo de ataque y su compañero llevaba la misión del corte defensivo. Rafa ya había llegado tres años antes al equipo del Xerez CD estrenando el primer ascenso a la Segunda División en la campaña 1953-54. Procedía del Córdoba tras su paso alternativo en el Plus Ultra donde se inicio en la temporada 1946-47, el histórico filial madridista y había tenido ocasión entretanto de jugar en Primera División con el Real Madrid, en el ciclo 1949-50, que ahora le tiene como uno de sus afiliados más antiguos en su asociación de veteranos. Precisamente, Rafa debutó con la camiseta blanca en un partido jugado en el feudo catalán de Les Corts ganando al FC Barcelona por tres a dos, marcando un gol.
Eran tiempos en la época de Rafa como jugador de la todavía doble WM. La clave de linea del sistema táctico era 1-3-2-5: portero, tres defensas, dos medios volantes y cinco delanteros. Dos eran extremos por las dos bandas y por dentro había dos interiores que enlazaban con el delantero centro. Desde entonces a nuestros días la innovación evolutiva del fútbol en todos sus aspectos ha sido impresionante. Sin embargo, la calidad de los protagonistas que se alzaron como figuras las hubo en todas las épocas. Esta opinión no debe admitir discusión sobre las añoranzas de que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Entretanto, en el perfil de la curiosidad como hechos anecdóticos han ido apareciendo en el fútbol en el paso del tiempo. Sorprenden los modismos algo chocantes -trasplantados desde el basket- para el lenguaje futbolístico como asistencia, pivote o carrilero.
Desde 1953 puede entenderse que Rafa es un jerezano más. Así se le estima, se le quiere y se le admira. Llegó a jugar en el Xerez CD que le tiene distinguido como presidente de honor durante siete temporadas entre Segunda y Tercera División interrumpidas, por dos en las que estuvo en el cuadro valenciano del Levante. Tuvo la desgracia de sufrir una grave lesión en su ultima temporada de jugador defendiendo la camiseta azul a final de la campaña 1961-62.
Hizo una aparición fugaz como entrenador del Xerez CD en la temporada 1962-63 y poco después dirigió a los juveniles xerecistas en la campaña 1964-65. Desde 1966 a 1970 preparó a equipos locales del campeonato regional como fueron El Pilar y el Juventud Católica Deportiva.
Al margen del fútbol, Rafael Verdú Fernández ha tenido un comportamiento resaltable en su larga permanencia en Jerez como un ciudadano más. Desde 1965 hasta su jubilación tuvo una digna ocupación laboral en la Compañía Sevillana de Electricidad. Su personalidad sencilla, cercana y llena de amabilidad le han hecho acreedor que se le profese un cariño especial por parte de todos los jerezanos. Engrandece su condición humana con su abnegada línea de servicio a los demás.
Fue requerido años más tarde por el entonces alcalde y presidente Pedro Pacheco para formar en el consejo del Xerez consumándose el ascenso a Segunda División bajo la directriz de Carlos Orúe en la campaña 1996-97. Como independiente, tuvo participación en el Partido Popular durante una legislatura ocupando con eficacia la delegación del Mayor. Por amor y dedicación ha seguido entregado a los colores del Xerez CD, donde ostenta la presidencia de honor, a pesar de ser víctima inocente de los embargos padecidos por la entidad, afectándole económicamente a su modesta pensión de jubilación. Un hecho muy elogiable en su comportamiento lleno de honestidad fue cuando su hijo Rafa, que también jugo en el Xerez, llegó a fichar -siendo menor de edad- en el Real Madrid y le entregaron en 1971 de recompensa un importante cheque por valor de setecientas cincuenta mil de las antiguas pesetas que, sin tener necesidad de hacerlo, lo entregaron días después en las arcas del club xerecista.
Rafa Verdú, mito, leyenda historia viva del fútbol en Jerez. Aunque Rafael Verdú Fernández nació en Madrid hace noventa años, eligió que la ciudad jerezana fuera su residencia definitiva hace ya sesenta y cinco. Su enraizamiento acapara una sensibilidad especial. Los restos mortales de sus padres y de su esposa reposan en el Cementerio de la Merced. Su fidelidad de adopción esta más que demostrada. La situación es la idónea ahora para que la Corporación Municipal con su alcaldesa Mamen Sánchez al frente atienda a la demanda de miles de ciudadanos que han solicitado el titulo de hijo adoptivo. Ocasión inmejorable para tributar tan justo reconocimiento a tan ejemplar deportista.
También te puede interesar