A rienda suelta
Francisco Reinoso
Putativo
Hay partidos que sabes que vas a ganar sin problemas, esos que se consideran de trámite. Tal era el caso aquel miércoles 1 de febrero del 1989. El Barça recibía en casa al Cartagena en el encuentro de vuelta de una eliminatoria de la Copa del Rey. En la ida el conjunto blaugrana había ganado en el Cartagonova por un contundente cero a tres, motivo por el que se consideraba que la eliminatoria estaba resuelta. Pero había un jugador que lo consideraba por el contrario un partido de suma importancia, ya que iba a debutar en el Camp Nou en partido oficial como portero del Barcelona. Se trataba de Juan Carlos Unzué, la joven perla de la portería en España.
El portero navarro tenía por delante al vasco Zubizarreta y lo tenía muy complicado para hacerse con la titularidad de la portería del Barcelona, así que aunque el partido era de trámite, él tenía que demostrar a su afición que estaba preparado para defender el arco del Barça. Aquel partido de trámite terminó como se preveía, con un cuatro a cero, dos goles de Amor y otros tantos de Salinas, pero probablemente el más feliz ese día fuera Unzué, que mantuvo su puerta imbatida.
En cambio, hay partidos que sabes que vas a perder. Como cuando en 2019 Unzué se enteró de que su rival sería la ELA. Desde aquel instante ha dedicado todos sus esfuerzos a preparar ese partido, choque en el que el rival te va a machacar sin contemplaciones, pero como el gran deportista que siempre ha sido, va a dar lo mejor de sí hasta el último instante. Sabe que esta vez le toca sufrir y perder, pero quiere dejar el mejor sabor de boca en la afición. Al final del partido desea que todos puedan decir "se vació hasta el pitido final, no se guardó ni un ápice de energía, así no importa perder". Porque en esa clase de partidos los grandes deportistas nos demuestran que hay que jugarlos con toda la dignidad posible y hay que saber perderlos con más dignidad aún si cabe.
De hecho, cuando tu rival es infinitamente superior y a pesar de ello compites dándolo todo, el aficionado se siente muy orgulloso. Como ocurrió aquel 24 de agosto de 2022, cuando Unzué salió al césped de Camp Nou para hacer el saque de honor del partido amistoso-benéfico que iban a disputar el Barcelona y el City de Guardiola. Noventa mil gargantas corearon el nombre de Unzué. Era el reconocimiento al esfuerzo, sacrificio, lucha y dignidad de un deportista que sabe que va a perder el partido. Los más de cuatro millones de euros recaudados ese día fueron destinados a la investigación médica contra la ELA.
En España, como Unzué, hay diagnosticados más de cuatro mil personas afectados por esta cruel enfermedad. El objetivo a corto plazo que persiguen los afectados y sus familias es la aprobación de una ley que les permita morir con dignidad, pero sobre todo vivir con dignidad. Para ello hace unos días Unzué y otros afectados acudieron al congreso de los diputados para pedir a los partidos que se pongan de acuerdo y saque adelante una ley que lleva más de dos años bloqueada, por cuestiones partidistas.
Comenzó diciendo: "Lo primero que quisiera saber es cuántos diputados y diputadas hay en la sala ¿Podéis levantar las manos? Creo que he contado cinco. Me imagino que el resto de diputados y diputadas tendrán algo muy importante que hacer...", para sentenciar con estas palabras: "A nosotros no nos vale con buenas intenciones o palabras bonitas porque necesitamos que esa Ley ELA se tramite ya. Si algo no tenemos los enfermos de ELA es tiempo que perder".
Un buen deportista sabe ganar y sabe perder, pero sobre todo lo que sabe un buen deportista es luchar hasta el último aliento y eso es lo que nos está demostrando Juan Carlos Unzué. Es un partido perdido hoy en día para muchos enfermos, pero se está investigando para poderlo derrotar en un futuro. Estoy seguro que la lucha de Unzué y otros muchos darán resultados en el futuro. De los políticos mejor ni hablar.
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