El parqué
Álvaro Romero
Descensos moderados
Tribuna libre
Para muchos, la participación vecinal está en crisis, está desinflada y ha de recuperar la confianza, el crédito perdido, recuperar la confianza en que sus ideas, sus sugerencias, sus ilusiones-reivindicaciones de mejora de su barrio son tenidas en cuenta.
Mucha de las culpas de esta crisis las tienen los del sillón que solo piden que estén presentes las asociaciones como invitados en los actos institucionales, en los consejos de todo tipo, en las reuniones de presentación de cosas... Solo servimos como invitados para informarnos de lo que ya se ha decidido por el político y sus técnicos.
Contrariamente a esta tendencia, últimamente estoy asistiendo a presentación de paneles explicativos de obras a realizar en zonas con carencias de Jerez, donde las juntas directivas de las asociaciones han presentado el proyecto de obras a realizar a los políticos y estos a los técnicos municipales (especialmente al Área de Urbanismo). Ello me alegra mucho.
La asociaciones de vecinos y otras de entorno consensúan las prioridades de obras que ven en su barriada y se las dan al político. Yo aplaudo esta forma de trabajar.
Que se haga de abajo arriba, contado con los vecinos y a iniciativa de ellos y se deje de trabajar desde los despachos municipales en esas prioridades que nunca se consensúan con los que están a pie de calle.
Lo de San José Obrero (presentación de cuatro actuaciones en el barrio con un presupuesto de un millón de euros) es un ejemplo de cogestión participativa colegiada entre vecinos, pues según consta en el Registro Municipal en enero de hace un año atrás se presento un dossier dirigido al delegado de Urbanismo con las obras que consideraba prioritarias la junta vecinal de la asociación de Luis Neira (AVV. San José Obrero primera, segunda y tercera fase), y claro, llegó la hora del agradecimiento a los presentes del presidente impulsor de estas actuaciones formalmente registradas en el Ayuntamiento y de aplaudir la receptividad del equipo de gobierno como es lógico. Así lo hizo Luis.
Pues a renglón seguido de Luis, la otra presidenta de otra asociación vecinal de la barriada tomó la palabra, aludiendo a que hace 50 años que se reivindican cosas al Ayuntamiento y demás... Algunos vecinos mosqueados explotaron diciendo que en su etapa no se había conseguido apenas nada y ahora sí con la nueva savia de la nueva asociación de vecinos. Y se lió la cosa un poco... o bastante. Se lió parda ante el desconcierto de los medios de comunicación allí presentes .
Lo que me ha dejado claro es que hay un dirigente vecinal apoyado por la mayoría de los vecinos y vecinas y que ya tiene madera de líder por sus buenas gestiones, que dan los frutos que quiere el barrio. Un líder que hace una campaña informativa a sus socios y vecinos a diario en las redes sociales y que da las gracias por los logros alcanzados a todo el que se lo merece.
En suma: un cambio de mentalidad y de hacer las gestiones que asombra a representantes vecinales de otras asociaciones con muchos años en el tajo.
La anécdota tensa ha servido de reflexión sobre una idea que podría ser buena para acabar con esta rivalidad entre dos asociaciones centradas en el mismo ámbito territorial y que he escuchado a una tal Juani, de la junta directiva de la Asociación de Luis, y la quiero hacer pública ahora.
La solución sería que se hiciese un referéndum vecinal para que cada vecino empadronado pudiese votar a una-uno de los dos presidente-presidenta de cada asociación vecinal de San José Obrero y quien perdiera, que diera de baja su asociación vecinal en el registro de asociaciones en la Junta de Andalucía. Así se equiparan los derechos de los vecinos al contar con una sola asociación de vecinos donde sentirnos representados y más fuertes y no que esta división nos debilita y pasa lo que ha pasado.
Esos vecinos quieren convocar ya una asamblea abierta donde votar cada vecino por una u otra asociación de vecinos, aceptando esta condición segunda: que se dé cerrojazo a la que pierda.
Así acabaríamos con los malos gestos, los celos y las rivalidades actuales. Esta solución rara, que no es nada legal, pero puede ayudar (si ambas partes aceptan) a dar salida a estas tensiones que en nada ayudan a la vecindad y a la imagen pública de las asociaciones de este barrio tan querido de San José Obrero. Ahí queda la iniciativa de Juani.
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