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Los diez nuevos personajes que se suman a la temporada 13 de La que se avecina, con un edificio en el centro y con ampliación de tramas y espacios según avanzan sus creadores, atisba que la serie omnipresente de Telecinco se recambia a sí misma. Quiere ser otra cosa, tal vez algo anterior, y el punto de partida es el claro crossover con Aquí no hay quien viva.

Los creadores de ambas series, los hermanos Caballero, saben que por aquellos años de locura, guiones entregados en el día y ciertas limitaciones que obligaban al ingenio para mantener u tono familiar, Aquí no hay quien viva fue mejor y más frescaque Montepinar. El edificio de la calle Desengaño acoge episodios que son clásicos de la televisión en España. Los actores de aquella ficción de Antena 3 estaban tan maltratados que estaban siempre sublimes. Fernando Tejero vuelve al centro, como Loles León (Paloma Cuesta era un monumento al patetismo), y llegan del extrarradio a Jordi-Recio y Chiapella-Amador con sus parejas.

La que se avecina retoma lo que fue antes de ser, con ausencias inevitables, lamentablemente como José Luis Gil y otros compañeros que fallecieron, y con el objetivo de hacer algo nuevo tomando lo mejor que se tuvo.

Esa temporada 13 tiene que ser de revisión y remontada. A la propia Telecinco le va a convenir mucho que sea así. Tiene una serie nueva. Y tendrá que cuidarla en la parrilla, darle mucho cariño de promoción y programarla lo mejor y lo más cerca posible a su estreno en Prime Video.

No hay ya ninguna otra ficción española que el público le acepte todo. Un público que está dispuesto a todas las interrupciones posibles para verla en línea y comentarla vía móvil.