Veinte días para el Festival de Jerez

Cuando aún no se han extinguido los ecos de las “zambombas”; constituidas por méritos propios en una de las referencias festivas del año en Jerez, vislumbramos ya, al iniciar febrero, otra de las citas obligadas con la ciudad, que también por razones más que sobradas, de unos años a esta parte, se ha consagrado como obligada convocatoria de la ciudad, en el mundo, y razón más que evidente para venir hasta aquí, como lo demuestran cada año los miles de aficionados al arte flamenco; con el baile y el cante como argumentos ineludibles; para atraerlos hasta Jerez pues vienen buscado las fuentes de un arte universal que les apasiona y en nuestra ciudad, durante el festival, sin duda en muchas ocasiones las encuentran…

De ahí el prestigio alcanzado por esta cita, ya obligada, que no está a veces exenta de polémicas; algo por otra parte inherente a lo que se considera experimental; que tal vez esa sea una de las características más llamativas de su programación y ciertamente una de las más poderosas razones por las que nuestro Festival se ha consolidado y convertido; como anteriormente digo; en otro de los atractivos que Jerez ofrece a propios y extraños, para ser obligada referencia en este campo, por lo que justo es felicitar a quienes, en su día algo lejano ya, lo concibieron…

Además, la variedad de lugares y escenarios que conforman el extenso programa que el Festival ofrece cada año; Villamarta, para los grandes espectáculos y estrenos, la sala Compañía, Bodegas o Peñas repartidas por la geografía jerezana, confieren a la oferta otra singularidad mas que suele encantar a quienes pueden disfrutar de esta gran manifestación artística que nuestra ciudad pone a su disposición cada año…

Atraídos por ella, calles y plazas de Jerez se ven concurridas durante los días del Festival de numerosos visitantes que con su presencia han consolidado esta iniciativa y bien que se haría si a lo que les ofrece el mencionado Festival, desde el sector de la hostelería y por supuesto desde el Ayuntamiento, se complementaran los atractivos del mismo con otros que fomentaran una mayor estancia aquí con el consiguiente beneficio que ello reportaría a la economía local, puesto ya de manifiesto la pasada Navidad…

Después vendrán esos otros hitos festivos que conforman nuestro calendario y que se han convertido en poderosa razón para venir hasta Jerez para miles de visitantes; de Semana Santa y Feria del Caballo hablamos; algo por lo que es preciso luchar y tratar de consolidar cada día, ya que ante la carencia de industrias y encontrándose nuestra generación de riqueza en el sector de los servicios, velar por todo aquello que pueda sumar al mismo debería ser sin duda uno de los más importantes objetivos a lograr por nuestros gestores públicos...

Así que llega ahora; en apenas veinte días; otro atractivo jerezano para el mundo, que debemos saber aprovechar.