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Álvaro Romero
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Opinión
Corría el año 1998 -se cumplen los XXV-, cuando el Servicio de Publicaciones de la Diputación de Cádiz ponía en manos de amigos y lectores en general de la obra del jerezano Miguel Ramos, un ejemplar con el título que sirve de enunciado a este comentario. Habían pasado dos años del fallecimiento del poeta, acontecido a la temprana edad de 41 años. La nota bio-bibliográfica que cierra la obra en cuestión tras el epílogo firmado por Dolors Alberola, nos retrotrae en el tiempo ofreciéndonos datos sobre el poeta que fue Miguel Ramos, un hombre que dedicó su joven vida a la poesía y la docencia publicando su primer libro "Palabras del abandono", a los 23 años.
En 1994 Miguel Ramos publicó su última entrega poética: "Zapatos de tacón alto". En 1980 había aparecido "Qadish", en 1982 "Huésped de luz", "Las horas intermedias" vio la luz en 1986 y, en 1987, la antología "Vanitis mundi". En 1981 había conseguido el Premio Internacional de Poesía "Juan Ramón Jiménez" y, en 1989 Premio "Catavino de Oro" a la promoción de Jerez. Literariamente, Miguel Ramos admiraba a los clásicos, especialmente a San juan de la Cruz, a la generación del 27 y la poesía latinoamericana.
Fue profesor de Educación General Básica, director del Colegio Público "Carlos Álvarez" -otro de los poetas olvidados-, director de la colección "Arenal", coordinador del ciclo "Conversaciones con…", organizador de las primeras jornadas de Poesía Hispano-Lusas y miembro fundador de la publicación periódica "Pliegos de Opinión".
En el ya citado 1998 aparece también, en una coordinación de Paco Carrasco y María del Carmen Sánchez, "Tiempo de Eclipses" Homenaje a Miguel Ramos con algo más de ochenta colaboraciones entre poetas y dibujantes. Se hace difícil una enumeración total de los nombres de todos y cada uno de los intervinientes, pero con el permiso de ustedes quiero destacar exclusivamente los nombres de las mujeres -ya que si reseño los de los hombres, al ser mayor el número se me puede tachar de machista-. ¡Va por ellas!: Pilar Paz Pasamar, Dolors Alberola, María Victoria Atienza, Carmen Borja, Mercedes Escolano, Concha Lagos, Rosa Lentini, Josefa Parra, María Manuela Pozo… confío en no haber omitido ninguno.
Es para mí un honor poseer un ejemplar, entre otros, de "Huésped de luz", editado por la Diputación Provincial de Granada en 1982 con una cariñosa dedicatoria firmada el 17 de febrero de 1983 por el amigo que fue y gran poeta que continuará siendo siempre, Miguel Ramos.
Recordando, recordando… recuerdo, en parte, el póstumo homenaje que poetas y lectores ofrecimos a Miguel Ramos en la sede de lo que hoy es conocido como Sala Paul, entonces Sala de Encuentros y Actuaciones -Fernando Belmonte ofrecía una semanal actuación de su ballet "Albarizuela"-, perteneciente a la firma bodeguera Williams Humbert.
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