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Siendo yo adolescente, ya me gustaba ojear la prensa escrita y escuchar a Manolo Ladrón de Guevara, en Radio Popular de Jerez, sus programas de las tres de la tarde. A nivel local era mi José María García. Me era primordial saber el día y la hora en la que jugaba el Xerez fuera de casa, porque ese era el día D y la hora H, para lavar el SEAT 127 de mi padre. Los fines de semanas lavar el coche era una tarea que yo tenía que hacer; con el tiempo, mucho tiempo después, me di cuenta de que yo era un privilegiado con respecto a mis hermanas, ya que esa tarea era casi la única obligación mía, en casa, eran otros tiempos.
El caso es que cuando la liga emitía a través de los medios de comunicación el día y hora de la jornada, yo escogía ese instante para lavar el 127 y de paso escuchar a Ladrón de Guevara retransmitir ese partido: "El balón lo conduce Diego el de la Margara…". Con el Xerez de mi padre y con Manolo me enamoré de la radio deportiva. En aquel garaje del Pelirón empezó todo. Luego vinieron grandes maestros: Iñaki Estrade, quien me dió la primera oportunidad y creyó en mí; Eduardo Rinconada, quien me llevó a Radio Popular; Don Andrés, el Padrino de la radiodifusión; y Manolo Morales, quien me moldeó hasta casi el final de mi etapa en la COPE. Las curiosidades de la vida, jamás he coincidido con Ladrón de Guevara aunque años después llevé a su sobrino a su casa (pero eso es una historieta de padre que no viene a cuento).
Severiano Montero Aparicio, Seve para mí, fue mi verdadero mentor. Venía de ser director de Radio Nacional de España. Venía de retransmitir el Mundial de España’82. Yo llegué a los estudios de Radio Popular de Cádiz, en plaza Argüelles, encima de un convento de monjas, para sustituir a todo un personaje de la prensa deportiva gaditana, Juan Limón. Yo, del Xerez, encima en territorio comanche, siendo un 'chinorri' del Pelirón. Era el Cádiz de Irigoyen y Téllez, de Carmelo, Manolito, Pepe Mejías y 'Sandokan' Juan José ¡Ahí es nada!
Seve fue y será uno de mis referentes en la radiodifusión española. Me apadrinó siendo a priori su competencia. Me presentó a todo Cádiz. Viajamos por toda España. Bernabéu, Nou Camp, San Mames, Atocha o el Plantío. Compartimos coche, tren o avión. Me dio su agenda de teléfono, que era lo más preciado en aquella época, hoy imagino que también, para un periodista. Hombre cultísimo donde los haya, comprometido con la sociedad, enamorado de la profesión. Para él no había competencia, solo existían compañeros y así me lo demostró.
Hoy en día, en que parece que nos obligan a ser de Motos o de Broncano, de la Primera o de Antena 3, de un extremo o del otro, me gusta contar que a Seve se le ocurrió hacer un programa, los martes, idéntico para Radio Nacional de España y Radio Popular en Cádiz. "Santi, ¿qué te parece si invitamos a almorzar a un personaje del deporte gaditano y en los postres le hacemos una entrevista a medias y la publicamos los dos en nuestras emisoras al día siguiente?". Aquella idea duró unas cuatro semanas, hasta que Don Andrés se percató: "Eso no podía ser" y terminó. Puedo decir que fueron cuatro semanas de un aprendizaje profesional y humano como pocas veces he tenido. Así que aunque hace tiempo que no hablo con él, siempre lo tengo presente como un grande del periodismo y maestro mío.
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