Por un alto el fuego en España, como en el Líbano
La Asunción de María y los mantos.
Grande es el respeto a los artesanos y sus bordados, tanto en trajes de toreros y en los mantos que se exponen en el “Callejón de los Bolos”. 14 mantos con una meritísima labor artesana.
La fiesta de la Asunción de la Madre de Jesús a los cielos en cuerpo y alma se celebra el 15 de agosto desde 1950 que el Papa Pío XII declaró en “Munificent´ssimus Deus”. Los católicos estamos obligados a creer en ese decreto papal. Antes en Francia, el rey Luis XIII, ante la dificultad de tener hijos con su esposa Ana de Austria, comenzó a rezar y ordenar procesiones parroquiales. El 15 de agosto de 1638 su esposa quedó embarazada y dio luz al Rey Sol, Luis XIV. Se declaró fiesta Nacional, pero los revolucionarios aprobaron en 1880 que la fiesta nacional sería el 14 de julio. El 15 de agosto es fiesta en la laica Francia.
Respetando la calidad de los mantos, destacar el realizado por el sevillano Carrasquilla en el de la Virgen de la Esperanza, hermandad en el convento franciscano. ¡Qué belleza orfebre! Y de las pequeñas imágenes “veneras” que se colocan al frente del paso.
Menos mal que María, la Madre de Dios, mujer humilde, esposa de un albañil-carpintero, creyente en la Torá, y en su Hijo, repitió en su visita a su prima Isabel El Magníficat: …Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos…”.
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