Bárbara King

03 de octubre 2024 - 03:05

Hay bárbaras en Finlandia y valkirias en Totana. Las nórdicas conducían a los héroes vikingos muertos en combate al salón de Odín y les escanciaban la hidromiel de la cabra Heidrum. La de Murcia condujo a Su Católica Majestad al tálamo del pecado, con audio y video de por medio. Las artistas siempre piden los focos a su persona y cobran por las galas.

Por su altura, nuestra Bárbara bien pudiera ser de la rivera del Rin, si no fuera porque sus apellidos claman con un contundente y españolísimo García García. Quizás por ello tomó el apellido artístico de Rey, en un egregio presagio de su por venir y su porvenir.

El historial teatrero y cinematográfico la delata. Títulos como, Operación Bi-ki-ni (1969); París bien vale una moza (1972); Quinto, Sexo y Séptimo (1975); Mi mujer es muy decente, dentro de lo que cabe (1975); Virilidad a la española (1977) o Polvo de estrellas (1979), ponen de manifiesto su vis cómica y trágica. Por llegarle está la Medea de Eurípides.

Pero si algo refrenda la bravura de esta amazona totanera es su pasado circense como domadora de elefantes. Ya la hubiera querido tener el mismo Aníbal como generala de sus tropas púnicas.

Su Católica Majestad es Borbón y casi no hace falta decir nada más. Pareciera que esta dinastía, por haber propagado y defendido la fe católica por todo el orbe, gozara de dispensa en el cumplimiento del sexto mandamiento. No lo hacen por maldad, ni siquiera por lujuria. Se trata de una afición desmedida a la que no saben poner freno, ni frenillo. Al parecer, tampoco le pudo el miedo a un domador de leones que pudiera verse despechado y cornúpeta.

La de Totana tampoco tuvo remilgos en llamar a su hija Sofía. ¡SOFÍA CRISTO REY! Hay que tener mala uva. Y, en esto apareció: ¡ÁNGEL CRISTO REY! Un menor fotografiando a su madre con un señor que no es su padre para chantajearlo. Un completo hijo de Bárbara.

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