Pepe Marín

Un ‘Candil’ que brinda luz desde jaén al arte flamenco

Opinión

15 de diciembre 2024 - 03:08

Hace apenas unos días he recibido el número 172 de la Revista de Divulgación e Investigación del Arte Flamenco ‘Candil’, que dirige Alfonso Ibáñez Sánchez y coeditan la Diputación Provincial de Jaén y la Peña Flamenca de la capital jienense, remitida por dicha entidad; gesto que desde estas líneas quiero agradecer al tiempo de detener la reseña en algunos de sus capítulos –dos de entre los doce más editorial- que dan razón de su existencia a la veterana y a aplaudible publicación.

Aun cuando cada uno de los trabajos insertos está respaldado por la firma de un conocido y entendido hombre difusor del flamenco, con títulos como ‘Camarón, en una década prodigiosa’, ‘Luzía –no es error- de Paco’, ‘Los cafés cantantes’, ‘El flamenco en los medios de comunicación’, ‘Entrevista a Manuel Liñán’, ‘XVII Concurso Nacional de Guitarra Flamenca’, ‘Pedro El Morato, cantaor y repentista, -hacedor de algunos de sus cantes-’, ‘Al gran maestro Rafael Romero’, ‘XXXVIII Semana de Estudios Flamencos (a Juanito Valderrama)’, ‘Juergas flamencas gaditanas’ y los dos que les adelantaba y que tienen como protagonistas a ‘Tío Borrico’ y a Rafael Infante Macías.

Por el orden citado, Tío Gregorio Manuel Fernández ‘El Borrico’, conocido, aplaudido y admirado como cantaor y recordado como entrañable amigo, el compañero José María Castaño es el responsable del trabajo incluido en ‘Candil’ con el título siguiente: ‘De aquella siguiriya de Tío Gregorio El Borrico en la Peña Flamenca de Jaén, 1981’. Castaño centra su atención en el cante citado resaltando los giros o versiones del jerezano sobre las de aquellos que le precedieron: Paco la Luz, Manuel Torre, Frasco el Colorao, El Nitri y El Fillo. José María refiere en su trabajo: “Acudir a Gregorio Manuel, miembro de una de las prolijas familias cantaoras de la Baja Andalucía, es beber de la fuente de los más puros manantiales de la expresión jonda. Puede ser que el cante por soleá marque el cenit de su gemido, si bien en esta ocasión quiero centrarme en la siguiriya”. Un oportuno trabajo mediante el cual José María Castaño vindica un cante –la siguiriya-, y la figura del recordado y aplaudido Gregorio Manuel Fernández Vargas ‘Tío Borrico’.

La segunda incursión en el contenido del número 172 de ‘Candil”’ –como hemos reseñado-, está centrada en la figura de ‘Rafael Infante, In memoriam. Un matemático de lo más jondo’, trabajo que firma José Cenizo Jiménez y del que quiero destacar algunos de los aspectos del mismo no sin antes agradecer al autor su detenida exposición en la trascendental obra difusora del Arte Flamenco que fue motor de su vida hasta el final, en septiembre de 2022, del jerezano Rafael Infante Macías. Destaca José Cenizo: “la entrega y generosidad, siempre con su talante humano de sencillez y amistad, todo ello reconocido en vida con premios como el Compás del Cante, Premio Ciudad de Jerez, el de Flamenco y Educación de la Junta de Andalucía así como otras distinciones conquistadas por su compromiso, por su dedicación vocacional en la gestión de actividades sobre el arte flamenco”. Una de las grandes aportaciones que profesionales, historiadores y aficionados al flamenco deberán –deberemos– conservar siempre como uno de los documentos sonoros más valiosos en recuperación y promoción, es a no dudar la serie o colección que bajo el título ‘Flamenco y Universidad’ que creó y mantuvo hasta el final de su vida el recordado Rafael Infante Macías, jerezano que fue profesor e incluso rector de la Universidad de Sevilla.

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