Cervicalgias estivales

04 de julio 2024 - 03:07

Los veranos ya no son lo que eran. Nada de miradas al mar, a las estrellas o a paisajes saludables. Solo se mira hacia al suelo. Es una enfermedad endémica. La artrosis cervical con pinzamiento e irradiación hacia cerebro se está erigiendo en la enfermedad más común de principios de siglo en las playas, las terrazas y las salas de espera. También en las alcobas. Las cefaleas, los vértigos y los mareos están a la orden del día. Lo de la ceguera retiniana y ojo seco no deja de ser una secuela frecuente. No es que sea una urgencia hospitalaria ni un problema epidemiológico. Se trata de un cuadro sindrómico altamente relacionado con las unidades de salud mental.

Hay quienes presentan cuadros de espasmos. Los hay que tienen alucinaciones. Otras personas acaban por tener insomnio. Y la mayoría pierden el tiempo. La pantalla del móvil ha usurpado personalidades, ha acabado con la comunicación y ha terminado por dictar sentencia a esta civilización de segunda división. Lo que dice el mensaje o el chat acaba por captar la atención. Lo que sucede a años luz de distancia es recibido como de vida o muerte. Ante cualquier momento de ocio no se busca vida animada alrededor sino circuitos digitales inanimados embriagados de mentira de megabite y wifi. Si al menos sirviera como e-book, medio de comunicación, plataforma de diseño o agenda bien organizada, se entendería.

Lo que verdaderamente importa es perder el tiempo, agravar la lordosis cervical y el astigmatismo y conseguir que las horas pasen sin pena ni gloria. Cualquier parte del mundo, desde Vietnam a Tarifa, está incluida en los informes de la ONU sobre la extensión de la pandemia. Cualquier mega holding sabe cómo adquirir clientes. Es de pronóstico reservado. Por ello, deberíamos pensar en los beneficios de cambiar de actitud. O quizás sea ya tarde.

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