Fernando Faces Santelmo Business School

De la complacencia a la utopía

Tribuna Económica

03 de mayo 2023 - 01:33

En tiempos electorales los gobiernos suelen transitar desde la complacencia con el pasado hacia la utopía del futuro. Es lo que se concluye del Plan de Estabilidad 2023-2026 enviado a la Comisión Europea. España será la que más crece. El PIB crecerá un 2,1% en 2023, y el 2,4% en 2024, hasta adaptarse a su potencial de crecimiento en 2025 y 2026. Los motores serán el consumo y la inversión, impulsados por el buen comportamiento del empleo y por las inversiones público-privadas del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia.

El optimismo que rezuma el Plan de Estabilidad está alimentado por el fuerte crecimiento del 5,5% del PIB en 2022, y por los datos del primer trimestre de 2023: incremento del PIB intertrimestral del 0,5%; igual al de Italia y superior al de Francia, Alemania o Bélgica. Crecimiento debido al disparo de las exportaciones (4,8%) de servicios relacionados con el turismo, que aportan un 1,3% a la demanda. No obstante, los motores en los que confía el Plan de Estabilidad se hunden. El consumo lleva dos trimestres decreciendo (-1,7% y -1,3% ) por el triple impacto del disparo de la inflación subyacente, de la subida de tipos de interés y del agotamiento del ahorro generado en la pandemia. El crecimiento de la inversión en el primer trimestre de 2023 no ha compensado la caída del tercer y cuarto trimestre de 2022 y la inversión sigue siendo inferior a la de 2021. En el primer trimestre de 2023 las economías que mejor se están comportando son las más turísticas, Italia y España, frente a las industrializadas que empeoran.

Dada la volatilidad del gasto turístico y su extrema sensibilidad a la incertidumbre y al peligro de recesión, que no ha desaparecido, los riesgos a la baja del crecimiento del PIB son importantes, en un escenario en que las condiciones financieras se están endureciendo según la encuesta de préstamos del BCE. Al fuerte crecimiento del PIB en 2023 y 2024 le seguirá la reducción del paro desde el 12,9% en 2022, al 10,9% en 2024 y el 9,8% en 2026.

Lo más sorprendente es el déficit público que según el Plan se reducirá desde el 4,8% en 2022 al 2,5% en 2026. El objetivo del 3% exigido por Bruselas se alcanzará en un año antes del retorno de la exigencia de las reglas fiscales. Esto será posible, según el Gobierno, gracias al crecimiento de los ingresos fiscales desde el 43% del PIB en 2022, hasta el 43,8% en 2026 y a una reducción del gasto público de 20.000 millones en 2023 . Lo más sorprendente es que debido al aumento de los impuestos y cotizaciones sociales se producirá un extraordinario incremento de la presión fiscal desde el 38,7% el PIB en 2022 hasta el 40,6% de 2026, igualando a Suecia (46,7%), y por encima de Francia, Alemania o Bélgica. Los gobiernos europeos reducirán la presión fiscal para compensar la pérdida de poder adquisitivo por la inflación, la subida de tipos de interés y la menor creación de empleo. España irá a contracorriente. A pesar de su menor renta per cápita y productividad, España aumentará la presión fiscal, mientras los demás la reducen. ¡Olé tu madre!

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