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De nuevo, y en noviembre, nos asomamos desde el Hogar San Juan a esta ventana para acercarnos de otra manera a la Ciudad de Jerez. Como siempre, con gratitud por el cariño y la ayuda, y al mismo tiempo, con una reflexión que compartimos desde la realidad que vivimos y atendemos cada día.
Hoy hacemos llegar como título esta afirmación, aunque al mismo tiempo es un interrogante: “ellos también cuentan”. El motivo está en las personas sin hogar mayores de cincuenta y cinco años, y la mujer sin hogar. Cada vez es más dura la supervivencia de estas dos realidades en el mundo de la calle, al mismo tiempo que salir de ahí es cada vez más difícil, a pesar de la aparición de algunas ayudas.
Es muy complicado que una familia sobreviva con las ayudas de Ingreso Mínimo Vital, o similares, y eso después de un proceso casi eterno para conseguirlo. Desde ahí, se puede comprender mejor, que cuando el punto de partida es la situación de calle, entrar en el círculo de la vivienda, alojamientos y alimentación, se vuelve una carrera de obstáculos más dura e insuperable. Si para los mileuristas es difícil, para los que perciben la mitad y no tienen otras posibilidades, se vuelve un muro infranqueable.
Si a eso se le unen situaciones de enfermedad, deterioro de salud, problemas añadidos consecuencia de la propia realidad del mundo de la calle difíciles de revertir, la continuidad en ella se vuelve la opción directa y casi permanente, casi como un abandono de sí mismo al devenir de la suerte, aunque no exista.
En todo lo anterior, podemos añadir la realidad de la mujer sin hogar que vive con mayor vulnerabilidad esa situación, pues en el mundo de la calle, el machismo y la violencia de género se vuelve más canalla todavía, incidiendo en el sufrimiento y deterioro de la persona.
Aún hay un paso más hacia abajo, y son las situaciones de dependencia y discapacidad. Seguro que también lo entenderán perfectamente las familias que llevan dos años o tres esperando respuesta a una situación de algún familiar dependiente, enfermo, anciano...etc. Cuando eso le sucede a una persona sin hogar, ¿cómo puede permitirse que una persona con setenta años y más (tenemos el caso de una persona de 80 años en el Hogar) se encuentre así: en terreno de nadie?. Por eso, con este artículo queremos hacer de familia que reclama lo que necesitan ellos. Estos no votan, no producen dinero, no se alían para reivindicar, simplemente lo viven y lo sufren.
Todo lo anterior, tiene nombres propios en la lista de acogidos en el Hogar San Juan. Y desde ahí hemos optado de centrarnos en ellos, aceptando la dificultad añadida en la atención a quienes llegan así a esta casa, por los medios que requiere su cuidado.
Entendemos que no se puede llegar a todo. Y por eso, tenemos que elegir también nosotros. Elegimos por el final de la lista. Es decir, estos que no son triunfadores, que no van a encontrar trabajo en unos meses, o entrar en un recurso adecuado en poco tiempo, o conseguir una vivienda en la que continuar su vida, o cualquier cosa buena a la que aspiramos todos.
De alguna manera, son víctimas de un reparto de apoyos y ayudas selectivas en cuanto a los resultados inmediatos, rápidos, exitosos. Por desgracia, algo bueno como es apostar rotundamente por las personas sin hogar con posibilidades rápidas, se convierte en el abandono de quienes no van a aprobar con notable alto en los exámenes para conseguir apoyo. Ellos no son “next generation…”. Pero son de hoy, de ahora, y por eso hay que preguntar si de verdad están contando, al mismo tiempo que lo afirmamos con voz clara y rotunda para que los tengamos en cuenta todos. “ELLOS TAMBIÉN CUENTAN….” Y nosotros contamos con vuestra ayuda, como siempre. Gracias por renovar vuestra confianza en nuestro trabajo cada año, haciéndolo posible
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