Denuncias falsas

“permita Dios tengas juicios y los ganes”, es una maldición gitana que muestra la experiencia durante largos años de marginación y maltrato policial y social. Esta maldición ha saltado varias veces ante acusaciones a personas, la mayoría representantes sociales y políticos.

Me asombró la dimisión obligada a su escaño en el Congreso del miembro, entonces, de Podemos, Alberto Rodríguez. El Constitucional da la razón a dicho parlamentario y se quedó sin su escaño votado por la población.

Mucho antes el “caso Wanninkhof, del asesinato de una joven en Málaga que acusaron y condenaron a Dolores Vázquez, por un delito que no cometió, pero que las informaciones en la televisión la culparon antes que lo hicieran los jueces, y que después de varias revisiones descubrieron al auténtico asesino, un turista inglés, con un nuevo crimen.

El grupo “Hazte Oír” se vanagloriaba del acoso a la vivienda del matrimonio Irene y Pablo Iglesias, con total impunidad. Este grupo calificado como “lobby ultraconservador” es el mismo que ha presentado denuncia contra Begoña Gómez en base a noticias no creíbles en periódicos dedicados a hostigar a dirigentes de izquierda.

En tiempos de la dictadura franquista multaron con 100.000 pesetas a un joven “directorcito” de una revista juvenil “Militante JIC” por un artículo, escrito por un sacerdote moralista, sobre la masturbación en la juventud. Fue un aviso porque quedó en nada. “¡Qué miedo pasó ese joven”! ¡Qué razón tiene la maldición gitana!.