Ignacio García

Más que escenas

Los árboles y el bosque

20 de noviembre 2024 - 03:05

Hay os escenas de cine que llevo grabadas en mi memoria. Una es de la película “El Pianista” (2002) de Polanski, con Adrian Brody como intérprete principal. En el gueto judío de Varsovia, primeros días del confinamiento, sobre una apariencia de normalidad aparece andando por la calle una mujer mayor con una pequeña tartera en sus manos. De pronto, un hombre intenta arrebatársela. Forcejean unos segundos y la tartera cae al suelo derramándose la comida. El hombre y la mujer se miran desconcertados: la comida ya no le servirá a nadie. Hasta que él se tira al suelo y directamente se traga la comida, llegando a rebañarla del suelo con las manos… Tenía hambre. Finalmente, la mujer se va llorando… Tenía hambre y una pena enorme.

La otra escena es de la película “Los tres entierros de Melquiades Estrada” (2005) dirigida y protagonizada por Tommy Lee Jones. Dos hombres viajan a caballo de Estados Unidos a Méjico. Llevan el cadáver de un mejicano asesinado al que uno de ellos, su amigo, quiere enterrar en su tierra, con los suyos. En el camino paran en la cabaña aislada de un viejo, ya ciego, que les acoge y les cuenta que vive solo y que un hijo suyo le traía comida y provisiones cada cierto tiempo. Pero el hijo, enfermo de cáncer, hacía tiempo que no venía… Cuando se despiden, el viejo ciego les dice: “¿Me pueden pegar un tiro? Yo no lo hago porque creo en Dios”. Creía… pero estaba desesperado.

Desesperación. Por hambre. Por incertidumbre. Por miedo, no tanto a la muerte, sino por cómo llegará. No he podido evitar recordar estas escenas al ver los efectos de las inundaciones de Valencia, especialmente en los mayores. Como no lo pude evitar al enterarme de lo que pasó en las residencias de Madrid cuando la pandemia. Porque en ambos casos hubo, seguro, desesperación y hasta hambre en algunos momentos.

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