Pilar Cernuda

Los estrategas

Crónica personal

09 de abril 2019 - 01:44

Sánchez no acepta el cara a cara con Casado, aunque en ocasiones anteriores los jefes de Gobierno que se presentaban a la reelección se han enfrentado al líder de la oposición. En algunos casos incluso a dos vueltas, como cuando González perdió en la primera vuelta con Aznar tras un accidentado viaje en avión que le obligó a tomar un ansiolítico al llegar a Madrid y afectó a su agilidad mental.

La negativa de Sánchez es una pésima noticia para Casado cuando los sondeos insisten en que el PP no logra los votos para un Gobierno de centroderecha. Y eso demuestra que ganar o perder elecciones depende mucho de los estrategas que están tras los candidatos. Sánchez ha confiado en el experto Iván Redondo, polémico pero que acumula éxitos, algunos con el PP. No tiene complejo en tomar las decisiones que favorecen a su cliente, aunque sean políticamente incorrectas; por ejemplo, negarse al debate. No le interesa dar cancha a un Casado al que abandonan un porcentaje importante de sus votantes atraídos por Vox, y que a lo mejor reconsiderarían su voto si vieran la brillantez del candidato del PP. Asimismo, el popular tiene mejor cabeza política que el socialista y las ideas más firmes respecto a Cataluña, así que Redondo ha impuesto su criterio. En situación de ventaja, mejor no arriesgar.

Casado ha cometido errores de bulto al prescindir de referentes del PP, pero es peor aún no sumar estrategas con experiencia y que conocen bien los puntos flacos del adversario. Maroto sabe, pero su líder escucha más otras voces porque le dicen lo que quiere oír. Podemos y Vox confían en las redes sociales, mientras que Sánchez dedica tiempo a periódicos digitales con prestigio y audiencia, o a uno de apenas un mes dedicado al mundo de los mayores. Se nota que Redondo sabe cómo llegar a sectores conservadores. Rivera ha preferido volcarse en las listas, que es donde ha fallado Casado, y se ha empeñado en buscar a políticos de experiencia que han quedado desencantados con sus partidos. No es, para nada, una mala estrategia.

stats