el poliedro
Tacho Rufino
¡Regale usted inteligencia!
Conforme la plaza del Arenal comenzó a ocupar el corazón de la ciudad, empezó a ocuparse con diversos equipamientos que al estar aquí eran más accesibles a los jerezanos. La primera fuente de la que tenemos noticia en la plaza fue construida en 1542. Se trataba de una alcoba o arca de agua, que funcionaba como terminal de un acueducto que traía el líquido elemento desde una serie de pozos ubicados en el entorno de la actual plaza de Madre de Dios. Esta alcoba, de grandes dimensiones, estaba adosada a la estructura de la antigua Puerta Real de la muralla, en dirección a la calle Lancería.
Esta primitiva fuente dejó de funcionar a finales del XVI, transformándose en tiendas y balcones para admirar los espectáculos que se celebraban en la plaza. Llegamos así al siglo XIX. En 1869 se inauguró el sistema de traída de aguas desde el manantial de Tempul, y la Sociedad de Aguas de Jerez eligió el centro de la plaza del Arenal para ubicar una fuente ornamental que conmemorase el evento. Esta fuente, agrandada unas décadas más adelante, fue elegida en el siglo XX como escenario de un importante monumento conmemorativo.
En el centro se halla el conjunto escultórico dedicado al general Miguel Primo de Rivera, jerezano que ocupó la presidencia del Gobierno, tras protagonizar un golpe de estado, entre 1923 y 1930. El monumento fue realizado por el artífice valenciano Mariano Benlliure e inaugurado en 1929. La figura de Primo de Rivera, hoy discutida por ciertos sectores de la sociedad local, fue muy importante para la ciudad que le vio nacer. Durante su mandato se inició la construcción de la estación de ferrocarril, se dio un impulso muy importante a la restauración de La Cartuja y se pusieron las bases para la creación del Consejo Regulador. Quizá el momento cumbre de ese periodo dulce para la historia local fuese la coronación canónica de la Virgen del Carmen, en 1925, acto al que asistieron los reyes y el consejo de ministros en pleno.
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