Ganas de cofradías

El pasado Sábado de Pasión fue un auténtico ciclón que pasó por la ciudad con miles de personas en las calles disfrutando del paso de la agrupación parroquial de Barbadillo y de la hermandad de la Entrega de Guadalcacín que volvió a obrar el milagro de llegar hasta Jerez haciendo un recorrido de más de quince kilómetros. El paso de misterio del Señor se le veía por la Alameda de Cristina navegando entre un mar de gentes que no quisieron perderse el momento de la llegada de los buenos cofrades de Guadalcacín hasta San Juan de Letrán. Impresionante el andar del misterio e impresionante esa banda ‘top’ que es el Rosario de Cádiz que volvió firmar un nivel de afinación y fuerza descomunal. El próximo Sábado Santo la veremos tras el misterio de Santa Marta con un repertorio, quizá, más clásico, pero con la misma espectacularidad con la que lució sus sones hace ahora tres días.

Y es que la gente está con ganas de cofradías. Ha debido de influir un mes de marzo que ha sido muy lluvioso y que ha impedido que los jerezanos, tan dados a disfrutar del sol y las terrazas, pudieran disfrutar de la ciudad mientras se toma una copa de vino con una tapa.

Sobre el Domingo de Ramos vivido solo apuntar que han proseguido esas ganas de cofradías. A la hora del cierre de esta columna que por diferentes razones se ha adelantado bastante en el tiempo, el Domingo de Ramos amaneció color ‘panza de burro’ pero sin amenazas. Y de ahí en adelante sufrió una metamorfosis hasta llegar a convertirse en una jornada de diez.

Ya se ve venir que esta de 2025 va a ser una Semana Santa histórica en los números. En la cantidad de visitantes y en la actividad de la hostelería que se va a ver, incluso, hasta desbordada como consecuencia del paso de las cofradías por las calles de la ciudad.

Ahora toca que esta Semana Santa sea respetada por la lluvia. Y dejemos aparte polémicas sobre si un ramo de flores debió de subir a un paso de misterio. A disfrutar de lo vivido y de lo sentido. Abran bien los ojos porque esto pasa en un suspiro amargo cuando llegue el lunes de pascua.