Carmen López Ginés

Gracias

Tribuna libre

06 de agosto 2024 - 03:07

Hoy, 6 de agosto, se cumple un año del voraz incendio que calcinó una importante superficie de terreno forestal en el entorno del parque de Las Canteras, en Puerto Real, y que puso en grave peligro la integridad de numerosas personas y causó importantes pérdidas materiales y ambientales.

Aquel día, la gran familia de Autismo Cádiz vivió momentos de angustia como consecuencia del avance de las llamas y de la seria amenaza que llegaron a suponer para las personas residentes en los Hogares Puerto Real, así como para las profesionales encargadas de su atención. Por fortuna, gracias a la serenidad de estas trabajadoras y a la labor de los equipos de extinción de incendios y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, aquel episodio no se tradujo en daños irreparables.

Siendo cuantiosas las pérdidas, con la destrucción de una furgoneta y de toda la zona del huerto, arbolado y el invernadero del Centro de Recursos lindante con Las Canteras, no hubo que lamentar daños personales.

Un año después, como ya hicimos entonces, debemos agradecer la impresionante respuesta que recibimos de parte de personas a las que nos fue y seguramente nos será imposible mostrar directamente ese reconocimiento. Decenas, centenares de ellas que hicieron cadenas humanas con cubos de agua y lucharon para evitar que las llamas destruyeran nuestro centro… Las mismas que en los días posteriores trabajaron a nuestro lado retirando restos, extinguiendo rescoldos, vigilando posibles rebrotes…

Una cantidad igualmente impresionante respondió a nuestra llamada de solidaridad para buscar recursos económicos con los que hacer frente a las necesidades más perentorias, una llamada que había partido de la misma sociedad y que asumimos como propia con un inmenso agradecimiento.

No podemos obviar tampoco el papel jugado por empresas e instituciones que, también desde el primer momento, nos brindaron su auxilio y respaldo, prolongándolos en el tiempo. Cada una en la medida de sus posibilidades, pero siempre por muy encima de sus obligaciones.

Jamás olvidaremos aquel día. Lo que pudo haber sido una tragedia se convirtió en una demostración de la solidaridad del generoso pueblo de Puerto Real que se propagó, incluso más rápido que las propias llamas, al conjunto de la provincia y a lugares muy alejados geográficamente en los que también se sintió la necesidad de ayudar en un momento difícil.

El 6 de agosto de 2023 se nos hacía un mundo expresar aquella vorágine de sentimientos, muchos de ellos contradictorios, que se sucedían y multiplicaban. Hoy, un año después, sí podemos resumirlos en dos únicas palabras: muchas gracias.

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