El parqué
Álvaro Romero
Descensos moderados
Tribuna libre
Una característica de la docencia no universitaria en España es la estabilidad en el tiempo, y en muchos casos en el mismo centro. Son frecuente carreras de casi 40 años.
El reciclaje de los profesionales, la actualización del docente, salvo honrosas excepciones, cursos de los esforzados CEPS, sesiones de formación propiciados por editoriales... Conceptos prevenientes de gurús que de pronto inundan las salas de profesores …
De lo que conozco, cursos de 2, 9, 12 horas... Pocos de 30. Insisto, generalizando. Muchos docentes en las escuelas de idiomas y masters que me negarán la mayor, con razón.
El paisaje del docente: varias reformas educativas en su haber, cambios normativos casi anualmente, cambios en la evaluación, en los contenidos…
Si tuviera que operarme y el cirujano se presentara como un profesional que lleva 30 años de profesión y que desde que terminó la carrera ha estado en varios cursos de pocas decenas de horas e incluso alguno de una mañana, no entraría en el quirófano muy tranquilo. Así nos quedamos cuando los que forman a nuestros niños y jóvenes, los que tienen que trasladar nociones y valores, son profesionales con muchas horas en las aulas pero que desde su salida de la Universidad han tenido un reciclaje totalmente insuficiente.
Y muy a su pesar. Las cargas horarias, los calendarios lectivos, los mismos convenios colectivos, la burocracia cada vez abrumadora… La salida de un docente de su aula es un verdadero problema de sustituciones, de alteraciones para los alumnos…
Por otro lado, la despoblación en las aulas. La solución, repartir al alumnado entre todos los docentes. La consecuencia, disminución de ratios. Disminución de ratio en aulas ya mermadas para que no se pierdan puestos de trabajo (casi nada). La justificación, una mejor atención a los pocos alumnos que hay en el aula.
Dudo que el beneficiario de esta medida sea el alumno. Si el docente, cansado, desfasado muchas veces, desconectado con sus alumnos a causa, no de la edad, sino de los tiempos (¿Qué música escuchan nuestros alumnos? ¿Nos imaginamos siquiera las letras que influyen mucho más que las clases de filosofía?). El tener 3,5, 7 alumnos menos en un aula ¿Pasar de 15 a 10 alumnos en una clase mejora la atención al alumno de manera significativa? ¿Algún estudio sobre el tema?
Socialmente ¿clases de pocos alumnos es lo más deseable?
Cursos de reciclaje a los docentes de meses de duración, un proyecto de formación continua de los profesores aprovechando la disminución de unidades, ¿No sería una mejora sustancial en la calidad en la formación de nuestros alumnos? Docentes que no se desvinculan de sus centros sino que entran y salen del centro para su formación, con una situación estable para sus alumnos. ¿Cuántos temas salen de la reforma educativa? Nuevas metodologías, teorías neurocientíficas aparecidas recientemente, ¿Todos los docentes manejan con soltura las herramientas ofimáticas, las plataformas educativas? ¿La inteligencia artificial? Estancias en el extranjero para profes de idiomas... Cuantas cosas se podrían poner en pie.
Doctores tiene la Iglesia. También la economía entra en juego. Propongo una redistribución del gasto en educación, no un recorte.
Por favor, no optemos a la disminución de ratio como única medida contra la despoblación de las aulas y la vistamos de argumentaciones pedagógicas. Hay más opciones. Nos lo jugamos todos con la educación de nuestros niños y jóvenes.
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