Jaime Sicilia
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El próximo 4 de febrero se celebra el DÍA MUNDIAL CONTRA EL CÁNCER. En nuestra ciudad, la AECC (Asociación Española contra el cáncer) instalará mesas informativas en la Plaza de las Angustias, calle Consistorio y Rotonda de los Casinos.
Hace unos días estuvo en 'El Hormiguero' la periodista Julia Otero, que -como es sabido- ha padecido un cáncer. Me gustó mucho su actitud, su serenidad y lo que dijo, con la autoridad de padecer ella misma esta enfermedad.
Habló sin tapujos del eufemismo que supone llamarla "larga enfermedad". "Algunos amigos no me han llamado, dijo, porque no sabían que decirme. Sencillamente, de manera natural, pregúntame cómo estoy o no sé qué decirte, pero aquí estoy, aquí tienes mi mano para acompañarte en este difícil camino".
Eso es la empatía, la capacidad que tienen algunas personas de ponerse en la piel, en el lugar del otro, sobre todo de los que más sufren. Es muy fácil decirlo, pero hacerlo es imprescindible, aunque sea un reto difícil de conseguir.
Desgraciadamente todos tenemos en nuestro entorno algún enfermo de cáncer y sería bueno intentar al menos ponernos en su pellejo. Yo creo, modestamente, que llamar a la enfermedad por su nombre es la primera medida para afrontarla.
En España, unas 280.000 personas son diagnosticadas de cáncer cada año. Desde ese momento comienzan a vivir cambios físicos, baja autoestima, cansancio, dependencia, problemas en la sexualidad y en las relaciones sociales y familiares. ¡Cómo no tener miedo a esa palabra! Me imagino que el impacto de este diagnóstico es brutal y cala tan hondo que, con frecuencia, desarma a la persona que lo recibe. Las repercusiones alcanzan a la vida familiar y de pareja, al entorno social y laboral.
Y por si esto no fuera suficiente, encima llevamos dos años conviviendo con la terrible pandemia, que ha cambiado drásticamente nuestra manera de vivir y de relacionarnos, que ha empeorado notablemente nuestra salud. La Organización Europea del Cáncer calcula que podrían quedar sin diagnosticar un millón de tumores en Europa a causa de la crisis sanitaria.
Por si fuera poco, no todos somos iguales frente al cáncer. Tu Código Postal afecta más que tu código genético en la desigualdad frente al cáncer (el lugar donde vives establece la atención que recibes). Tu tarjeta de crédito influye más que tu tarjeta sanitaria (tu situación socioeconómica es un factor que condiciona tu alimentación y la capacidad de asumir los múltiples costes derivados de la enfermedad). Tu género también es determinante.
Existen, por tanto, líneas imperceptibles que nos separan frente al cáncer, estableciendo la frontera de la desigualdad.
Por eso hoy, desde la AECC, más que nunca reclamamos tu apoyo, para "ayudar a los que ayudan". ¿Qué puedes hacer?:
- Colabora en la campaña 'La compra de tu vida', del 4 al 11 de febrero en establecimientos comerciales de toda España (y en Jerez algunos comercios de ACOJE también), donando lo que quieras cuando pagues en caja al hacer tu compra.
- Hazte socio de la AECC.
- Únete a nuestro equipo de voluntarios.
- Presta tu apoyo de forma puntual, bien sea económico o tu tiempo.
- Cuando llegue tu cumpleaños o tu santo, sé solidario y pide que no te regalen nada (tenemos de todo) y hagan ese donativo a la AECC.
- En las mesas informativas del día 4 (o en la web www.acuerdocontraelcancer.com), firma nuestro Acuerdo contra el cáncer para luchar contra las desigualdades.
¿Qué será del cáncer en los próximos años? Los ganadores del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2021, galardonados por su contribución al desarrollo de las vacunas de Covid-19, han dicho que el éxito de tratamientos con vacunas ARN mensajero en personas con cáncer llegará en 5 años, no es ciencia ficción.
Las nuevas terapias (biomarcadores que podrían permitir la detección precoz de algunos tipos de cáncer, análisis genético y la inmuno-oncología, medicina de precisión, etc.) se dirigen a cumplir un viejo sueño de la medicina: que el cáncer se convierta en una enfermedad curable, o al menos se consiga transformarla en crónica y manejable con tratamientos poco agresivos.
En esta titánica y hermosa tarea se encuentran comprometidos científicos y médicos de todo el mundo. En ese esfuerzo, los profesionales y voluntarios de la AECC ponen cada día lo mejor de sí mismos para hacer un poco más llevadera la vida de cada paciente, de cada uno de ellos, porque cada persona es única e irrepetible.
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