El parqué
Retroceso del Íbex
Tribuna Económica
En nuestra tribuna de la pasada semana sobre los inventarios de fin de año apuntábamos la positiva valoración, aunque con sombras, que se desprende de las revisiones al alza en las previsiones de crecimiento para la economía española por parte de diferentes organismos. Algo parecido ocurre con los datos del mercado de trabajo.
Los datos de la EPA del tercer trimestre indican la creación de 433 mil empleos en lo que va de año y la reducción del número de parados en 107 mil. La tasa de paro, que a finales del pasado año estaba en 11,8 se ha reducido en seis décimas, aunque continúa siendo la más elevada de las economías avanzadas. Por su parte, los datos del SEPE (Ministerio de Trabajo) del mes de noviembre indican un aumento de 116 mil en las contrataciones desde enero (aunque disminuye en 55 mil con respecto a noviembre de 2023) y un descenso del paro registrado en sus oficinas en 182 mil. También reflejan que el número de afiliados a la seguridad social ha disminuido en algo más de 30 mil, debido básicamente a la finalización de contratos en la hostelería, que se van a recuperar con el aumento de las contrataciones en navidad.
Son los vaivenes estacionales característicos del mercado de trabajo, siempre desconcertantes y proclives a facilitar una interpretación interesada de su coyuntura y de la realidad oculta detrás de las estadísticas. Cuesta interpretar, por ejemplo, que en su doble revisión al alza (de un punto en total) de la perspectiva de crecimiento para la economía española desde el pasado verano, el FMI se hayan mantenido prácticamente inalteradas sus previsiones de tasa de desempleo para este año y el próximo.
También es característica la sospecha de manipulación política, no estadística, del dato de desempleo. La reformulación del contrato fijo-discontinuo tras la reforma laboral de 2022 provocó la proliferación de trabajadores que anteriormente las estadísticas recogían como parados, pero que ahora figuran como ocupados sin actividad en sectores especialmente afectados por problemas de temporalidad. La sospecha de que tras esta figura se oculta una bolsa de desempleo de la que el Ministerio de Trabajo se resiste a facilitar su cuantía, se debe a situaciones tan peculiares como la de Baleares, donde según el propio Ministerio, el número de perceptores del subsidio de desempleo en octubre (33.671) es superior al de desempleados (29.436).
También la creciente disparidad entre los datos de ocupación y de horas trabajadas desde la pandemia, según un reciente informe de CaixaBank (julio, 2024), puede ser reflejo de un volumen de desempleo superior al que indican las estadísticas. En todo caso, una pesada carga sobre la productividad y la competitividad por su repercusión en los costes laborales unitarios que, según el Banco de España, crecieron un 21,5% desde 2019, frente al 18,3% en el resto de Europa. El crecimiento de los salarios ha sido incluso superior (28,1% en el mismo periodo) y sus efectos son muy notables por su contribución al crecimiento del PIB. El inconveniente es el contraste con la productividad, que apenas creció una décima, también según estimación del Banco de España.
También te puede interesar
El parqué
Retroceso del Íbex
Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (2): mercado de trabajo
Sin jonjabar
Alfonso Salido
Lo magno
Desde la espadaña
El malaje
Lo último
REPENSAR LAS CIUDADES PARA LA RESILIENCIA CLIMÁTICA
La resiliencia climática exige innovación y colaboración
La Rayuela
Lola Quero
Rectores