Jaime Sicilia
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Hoy resulta de mal gusto, tener buen gusto. Un sentido patético de la democracia y del igualitarismo han terminado por someter lo sublime y excelso al criterio de la masa. El resultado práctico ha sido la propagación de la vulgaridad.
Kant, protestante, en su clásica obra ‘Crítica del Juicio’ analiza entre otros el juicio sobre el gusto y llega a la conclusión de que se trata de una valoración subjetiva. A esta corriente kantiana parecen adherirse los concursantes de la Isla de las Tentaciones, ya que cada participante o ‘participanta’; cada fulano o fulana allí ayuntados somete a su propio arbitrio subjetivo la barrera entre el buen o mal gusto.
En esto prefiero seguir al escritor aragonés Ignacio de Luzán, de poco reconocimiento en el terruño patrio. Luzán, ya en 1728, acudía en Palermo a la Academia del Buen Gusto. Algo así como estudiar, hoy en día, en Silicon Valley. Para este maño, el gusto o buen gusto es un acto intelectivo de intención ética que deriva de los principios escolásticos de lo verdadero, lo bello y lo bueno.
No sé si la flamante representante eurovisiva de la TV ‘Expañola’, a quien gusta que la llamen zorra, -tal vez por su astucia-, siga los dictados de Kant o Luzán. Lo cierto es que la letra rebosa buen gusto. Lástima que en el Festival de Eurovisión tan solo la vayan a entender en una parte de ‘Expaña’. En la OTI la hubieran entendido quinientos millones de hispanos envueltos en los polvos y gases de esta ‘Nebulossa’.
La cantante se llama a sí misma ‘zorra de postal’, que no sé lo que será. Creo que la postal le venía bien para la rima, pero es más ‘zorra de postín’ que de postal. Los coros son sobrecogedores. En varios pasajes la cantante cuenta sus andanzas y el coro le responde, como en los Nibelungos, ¡ Zorra..., zorra...!
En definitiva, un monumento al buen gusto objetivo y subjetivo. Ya lo diga Kant, Luzán, Agamenón o su porquero.
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