A. Salido

El metaverso y la dismorfia del selfi

02 de noviembre 2023 - 00:00

Desde que Platón explicara en ‘La República’ el mito de la caverna estamos en disposición de saber que una realidad es la que vemos y otra, la que realmente existe. Aunque esta antigua historieta platónica pueda parecernos de otra época, las nuevas tecnologías han vuelto a introducir al género humano en una caverna digital que ofrece una visión distorsionada de la realidad.

El problema es de especial importancia ya que los primeros y más asiduos huéspedes de la nueva cueva son menores y adolescentes. Los ya mayores también estámos invitados, pero reaccionamos más lentamente a la mudanza. Lo que quizás Platón no llegó a resolver del todo fue la posibilidad de fusionar las sobras de su cueva con las luces de la realidad exterior.

Hoy es posible que la realidad física fusione con la virtual en una especie de metáfora del mundo real que es el Metaverso. Pero en el fondo no son más que las sombras de Platón, en un escenario a color y con inteligencia artificial. Este Metaverso es esencialmente entretenimiento, aunque cada vez más inunda la economía, la educación, la salud y, por supuesto, la enfermedad.

En el Metaverso las personas interactúan con una imagen ideal. La proliferación de filtros y aplicaciones informáticas de todo tipo permiten adelgazar, crecer, rejuvenecer y estirar las marcas de la cara hasta convertirla en un pandero de mazapán.

Cuando volvemos a realidad y nos miramos al espejo, lo que vemos no coincide con nuestra imagen virtual y, lo que es peor, no nos gusta. Entonces aparece un trastorno mental llamado dismorfia del selfi que busca en los cirujanos plástico la solución al problema. Los metaversianos ya no buscan tener los labios de Scarlett Johansson o el trasero de Jennifer López. Ahora, lo que piden a los profesionales es parecerse a su mejor selfie, con los filtros faciales de por medio. Parecerse a lo que creen que son. ¡Patético!

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