El ocaso de Europa

17 de marzo 2025 - 03:05

El giro dramático de guion en la estrategia global que va imponiendo el Presidente estadounidense en las primeras semanas de su mandato, no tiene nada que envidiarle al de cualquiera de las buenas novelas negras clásicas, en las que quien menos te esperas, es el asesino. Lo más grave no es que los autócratas de siempre- los Putin o XinPing de turno- prosperen con regímenes basados en la mentira o en la falta de libertad, sino que quien sostiene el edificio de la democracia liberal se haya pasado sin ambages a las filas enemigas. Las políticas de la Casablanca tienen poco que ver con nada conocido antes, quizá algo con la Doctrina Monroe, América para los americanos que es el América Firts de ahora, pero que en un mundo globalizado supone un torpedo en la línea de flotación de los valores y principios que han conformado el viejo y nuevo mundo, lo que conocemos como Occidente. El legado de los padres de la revolución americana- cuidarse del poder para garantizar los derechos inalienables del ciudadano- se ha sustituido por un vulgar reparto de tierras e intereses sólo para poder seguir haciendo negocios desde el poder. Europa, adormecida en la burocracia de los funcionarios, los privilegios de una élite política alejada de la realidad, el buenismo idiota y la patente falta de sentido común, es incapaz de ponerse de acuerdo en lo más básico: la defensa de la vida, la propiedad y los principios que nos hicieron una vez grandes. El hilo que nos tuvo conectados, la Razón, la Cruz y el Derecho Natural, han sido puestos en cuestión con denuedo. Ahora que el amigo es menos amigo y miramos al aliado con desconfianza, cunde el pánico. La culpa es nuestra, por sustituir la razón por el relativismo e ignorar al Dios de nuestros padres. Y lo más triste es que no hay nada que nos haga pensar en una reacción. Así nos va.

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