La Sacristía del Arte
Recuperar nuestro patrimonio, una deuda pendiente
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Es una gran noticia que dos piezas de la vajilla califal del Museo Arqueológico hayan viajado hasta Nueva York para formar parte de la exposición “Madinat al-Zahra: La Radiante Capital de la España Islámica” en el Institute for the Study of the Ancient World (ISAW). No cabe duda de que exhibirlas en el extranjero contribuye a poner en valor nuestro legado islámico dentro de un contexto internacional.
Sin embargo, este esfuerzo debería venir acompañado de otro igualmente comprometido por recuperar y preservar tesoros que pertenecen a nuestra ciudad y que, por distintas circunstancias, residen hoy en otras instituciones. En particular, pienso en el Jarrón nazarí de la Cartuja de Jerez que se expone en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Una pieza de gran valor artístico que data del siglo XIV, descubierta en el Monasterio de Santa María de la Defensión durante unas obras de consolidación que tuvieron lugar en 1927. Aunque formaba parte de los materiales de construcción, es sorprendente que un objeto de semejante calidad se empleara como simple relleno de bóvedas.
Entiendo el orgullo de prestar patrimonio para enriquecer muestras internacionales, pero me parece razonable que, de la misma manera, se promueva la devolución temporal de otras obras importantes, como este jarrón a su lugar de origen. Imaginemos la posibilidad de exponerlo en el Museo Arqueológico Municipal, para que tanto residentes como visitantes puedan conocer de cerca esta pieza única de la cerámica nazarí. No se trata de un capricho, sino de un acto de responsabilidad cultural: tan importante como compartir nuestro patrimonio con el mundo es poder recuperar aquellos fragmentos de la historia que nos pertenecen, que están esperando su regreso y que estamos deseando recibir para disfrutarlos.
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