Jaime Sicilia
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Tribuna Libre
La gestión política en nuestra ciudad es culpable de la situación que vive el fútbol y, también, otros deportes, aunque eso me daría para escribir otro artículo. Con un Xerez CD consolidado en Segunda División y que vivió el éxito del ascenso a Primera División, se dejó escapar un tren de esos que sólo pasan una vez. Como accionista del club, se debió buscar una persona que invirtiera en el equipo y también en las bodegas. ¡Con la cantidad de gente extranjera que ha entrado en el mundo del vino!
Después del descenso de categorías por motivos deportivos y administrativos, el eterno y preparado candidato a la alcaldía, apartado como diputado en el Parlamento de Andalucía tras excederse en las mieles de los catavinos de amontillado, orquestó la fundación del Xerez Deportivo Fútbol Club junto a otras personas importantes. A esto hay que añadirle las numerosas zancadillas que ha sufrido el Xerez CD con el único propósito de rematarlo, con una ordenanza realizada por el PP y continuada por el PSOE. ¿Nunca se han parado a pensar los máximos rectores de la ciudad si les gustaría que les ahogasen con el pago de una deuda que una de las más altas de España?
El fútbol en Jerez ha tocado fondo, más aún si cabe. Nunca antes ambos clubes han vivido una temporada tan paralela: dimisiones importantes -un presidente y un entrenador-; tres técnicos diferentes; la no existencia de la figura de un director deportivo, sustituida por gente con voz y voto sin formación alguna; numerosas bajas en invierno... Todo ello se traduce en un descenso y la no clasificación para el play-off de ascenso. Y presididos por dos personas que, por mucho que sean los que más quieren y creen en sus equipos, no es suficiente. Hay amores que matan.
Para que venga alguien de fuera, o de la provincia, e invierta de verdad, es imprescindible que haya un solo equipo. La unión que ha pedido De La Calle ha sido claramente respondida por Gil Zarzana, pero hay una alternativa que es la refundación. Un equipo que se libraría de la deuda económica, disiparía los embrollos accionariales y el socio podría libremente comprar sus paquetes de acciones y decidir de verdad el rumbo de su club, como el Sevilla o el Betis, por ejemplo.
Los aficionados del Xerez DFC deberían reflexionar si verdaderamente son dueños del club. Solamente tienen que ver al Unionistas, recordar cómo ha sido el proceso de elecciones esta temporada -donde una alternativa era imposible- o las cuentas del club, con un déficit que no se ajusta a la realidad que les muestran.
Por otro lado, entiendo a mis compañeros de grada que no quieren perder la historia de nuestro equipo -yo tampoco-, pero que no se olviden del legado de generación en generación y ejemplos como el Almería o el Málaga que, a pesar de sus refundaciones, no han perdido su esencia.
El próximo concejal de Deportes debería formar un equipo de trabajo junto con la oposición y ser intermediarios en una mesa de diálogo. Tienen la oportunidad de subsanar los errores que han cometido en este siglo XXI y que han matado en vida al fútbol en nuestra ciudad.
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