El parqué
Pérdidas moderadas
Majestades: Desde mi barriada de La Constancia y con el convencimiento que le daréis traslado a quienes corresponda os envío la siguiente misiva:
A mi juicio, la libertad se encuentra relegada a su mínima expresión. Ya casi nadie sabe realmente lo que significa ser libre. De ahí que hasta algunos tiranos se atrevan a declararse liberadores de los pueblos. Se necesita ser muy cínico para hablar de libertades desde la opulencia y el poder omnímodo mundial. Verdad es que hoy se disimula hablando de Democracia como sinónimo de libertad y de justicia social, pero hay que ver lo poco que valdrían estas dos concepciones si semejantes sinonimias fuesen ciertas. Este modo de interpretar la libertad explica gran parte del conformismo, la pasividad y la indiferencia que se manifiesta como promotor de una mayor ‘esclavitud’ en nombre del interés común, cuando es obvio que dicho interés corresponde a un irracional sistema totalmente globalizado, obsesionado por su ambición de acaparar lo que moral y materialmente a toda la humanidad le pertenece.
Este fariseismo social practicado abiertamente trastorna la realidad de tal modo que se puede entender que los trabajadores hayan llegado a confabularse con el sistema de intereses de los que se oponen a su propia emancipación y supervivencia, pero es obvio que los trabajadores que siempre hemos conformado la doliente humanidad hoy, como ayer, estamos siendo sistemáticamente engañados y reconducidos a la obediencia total o a la muerte por inanición; jamás podríamos ser culpables sino victimas inocentes secuestrados por nuestra propia ignorancia. El neoliberalismo globalizador nos quita la libertad y la justicia social, son los que destruyen el planeta. Ellos con su sistema y engranaje podridos son los que nos asfixian con sus sometimientos totalitarios, son los que nos imponen el cinturón socioeconómico con tanta fuerza que a una gran parte de la doliente humanidad la mantienen inmersa en una criminal situación de hambruna, donde miles de seres inocentes son víctimas de la sinrazón, afectando fundamentalmente a víctimas inocentes como son los niños. Su implacable y cruel irracionalidad nos está llevando a un callejón sin salida...
Siempre me he considerado como vosotros tener una concepción internacionalista, y por lo tanto jamás he podido comprender cómo se quieren poner frontera a los sufrimientos humanos. Yo no puedo escribir otra cosa cuando las necesidades humanas y los muertos se cuentan por millares y la sufrida humanidad vive en situación de necesidades sociales determinantes para poder subsitir.
Yo no puedo ser optimista, eso lo dejo para los que lo tienen todo; yo prefiero decir lo que siento y siempre reivindicando que al alba de la Utopía nazcan hombres y mujeres que se sientan conprometidos y tomen parte activa para terminar con esta inhumana situación.
Majestades, apelo a vuestras sensibilidades desde nuestro querido Jerez para que transmitáis a los que les corresponda que no se puede seguir así. Los recursos humanos y sociales deben ponerse al servicio de todos los que realmente sufren la exclusión social... El beneficio colectivo ha de ser norma rectora de la vida común. Sólo de esta forma los pueblos pueden salir del ostracismo institucionalizado al que la globalización los somete. Hay que acabar con el dolor universal y establecer un sistema totalmente humanizador al servicio de la comunidad sin distinción de fronteras, organizando la sociedad conforme a los principios de igualdad y justicia social que desde hace 2025 años venís practicando personificándolo en la persona de Jesús de Nazaret.
El tiempo apremia, las necesidades colectivas nos demandan un enorme esfuerzo conjugado para poder salvar el linaje humano. Que por encima de fronteras, atravesando todas las debilidades inherentes que desgraciadamente el sistema nos impone en todos los campos y latitudes, resuene nuestro mensaje de solidaridad y paz fraternal . En estas fechas navideñas más que nunca hace falta mucha decisión moral para romper los silencios y la indiferencia y hacer llegar nuestras voces de protesta ante este monstruoso mundo donde desgraciadamente todo se mercantiliza.
Muchas gracias.
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