Opinión
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Una madre o un padre, que lleva a sus niños a la escuela o al colegio, andando, en coche o moto, tiene un coste en tiempo, y este tiempo tiene un coste económico. Una mujer que dedica horas a una actividad gratuita voluntaria, si fuera remunerada tendría un coste económico. Una mujer, generalmente, que utiliza tiempo en la cocina y antes ha ido al mercado para alimentar su familia… pues así en la limpieza de la vivienda, en la alimentación, vestidos, cuidados, trayectos productivos no de mercado, voluntariado...
El importe de estas actividades necesarias, actividades “no de mercado”, tienen un coste social con un cálculo monetario. Si el precio de la mano de obra la situáramos en 8,09 €, del año 2008, y los españoles dedicamos al año 46.375 horas de actividades no productivas, el importe subiría a 3.071.948 horas productivas no de mercado.
Esas horas trabajadas y no remuneradas, darían como resultado una producción de 307.039 millones de Euros, o sea el 27,4 % del Producto Interior Bruto. La importancia del trabajo alrededor de la vivienda, la infancia, el cuidado de la familia, proveer el calzado, las vestimentas, la limpieza, asistir a sus ancianos… tiene un valor de mercado, no remunerado.
Y lo peor es que mujeres que atienden a las tareas familiares y domésticas, no son reconocidas como creadoras de Producto Interior Bruto, y encima no en la contabilidad Nacional. El día que las cuidadoras hagan una huelga nos vamos a enterar. En el INE tienen todos los datos
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