Andalucía independiente

Es un hecho olvidado de la historia que Andalucía estuvo cerca de proclamarse independiente cuando Gaspar Pérez de Guzmán, IX Duque de Medina Sidonia, encabezó en 1641 una conspiración destinada a convertirse en Rey de Andalucía, hecho que se enmarca en el contexto del declive del Imperio español que en 1640 llevó a la sublevación de Cataluña y a la independencia de Portugal. El marqués de Ayamonte, Francisco Antonio de Guzmán y Zúñiga, primo del duque de Medina Sidonia, avisó secretamente al recién independizado rey luso de que Felipe IV pretendía lanzar un ataque para recuperar Portugal. Desconocedor de tal traición, el monarca español ordenó al duque de Medina Sidonia, Capitán General del Ejército de Andalucía, acudir a la frontera junto a su primo para sofocar la sublevación portuguesa y tratar de conservar el Algarve, pero, en lugar de atacar, los primos permanecieron estáticos limitándose a llamar a filas a unos diez mil soldados de distintos puntos de Andalucía a los que no se proporcionó transporte, por lo que se movilizaron lenta y desordenadamente. Su falta de iniciativa hizo sospechar a Felipe IV, que llamó al duque a consultas, pero este remoloneó y adujo motivos de salud para no obedecer la llamada mientras tanteaba entre los nobles andaluces su aceptación como rey de Andalucía caso de sublevarse. Estos, viendo la empresa demasiado comprometida, le negaron su ayuda, quedándole sólo el apoyo popular de Sevilla, Sanlúcar y Jerez, de modo que desistió y partió para Madrid al tener noticias de su arresto.

El marqués fue fusilado por traición y aunque el duque también fue tratado de traidor y tuvo que pagar doscientos mil ducados al rey, no fue ejecutado, aunque sí desterrado. De haber encontrado colaboración en la nobleza andaluza, es muy posible que Andalucía se hubiera independizado de España.