Marco Antonio Velo
En la prematura muerte del jerezano Lucas Lorente (I)
Al punto
OFICIALMENTE, hoy se da el primer paso hacia ese Pacto para Andalucía propuesto por Griñán. El presidente de la Junta y el del PP de Andalucía, Juan Ignacio Zoido, se reúnen en San Telmo para, se supone, fijar posturas sobre el tan anunciado acuerdo. Lo que pasa es que ya se han dicho demasiadas cosas sobre ese pacto que ni siquiera tiene un diseño inicial y, si lo tiene, no se conoce. Y no es por ser mal pensado, pero esto tiene el tufo de que cada cual está justificando su postura ante un posible fiasco. O sea, que cada uno está guardando su ropa antes de echarse a nadar, por lo que pueda pasar. Por ejemplo, tanto el PSOE como IU o CCOO intentan amedrentar al PP lanzándole el invite de su falta de capacidad para ponerse a las políticas del Gobierno de España -es decir, el del PP- porque se supone que una de las claves de ese pacto consistiría en no aceptar imposiciones del Ejecutivo central que se considerasen lesivas para los intereses andaluces.
Como es lógico, el PP también toma precauciones y, además de recordar los repetidos fracasos de parecidos intentos anteriores, califica la propuesta de Griñán como un gesto de cara a la galería, y se malician que esto es una especie de trampa poco sibilina para dejarles fuera del tablero de juego andaluz. A ello contribuye el que hayan visto rechazada su propuesta para celebrar un pleno extraordinario y tratar el tema del acuerdo en sede parlamentaria. Sin embargo, el PP podría jugar un papel importante, si se llega a un acuerdo razonable, que no le imponga cosas, que ni quiere ni puede hacer, como engrasador de las relaciones entre el Gobierno de la Junta y el de España.
Así las cosas, no parece que este asunto haya comenzado su andadura con buen pie. Pero se puede arreglar, si de verdad se quiere cerrar algún acuerdo concreto, contando también con los agentes sociales, empresarios y sindicatos que propicie actuaciones que tengan un efecto reparador sobre algunos de nuestros más graves y acuciantes problemas, como son el paro, la escasez de crédito o la alarmante destrucción del tejido empresarial -en el fondo todo es lo mismo- que es lo que nos tiene como nos tiene. Y, para conseguir un resultado razonablemente bueno, no se puede ir buscando, a priori, la descalificación de quien tiene que pactar contigo. Si de verdad existe buena voluntad, no es posible que el principal objetivo sea apuntarse un tanto, bien a nivel partidista, bien a nivel personal. Lo importante, en caso de que se pueda conseguir, es que el tanto sea para Andalucía.
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