Felipe Morenes Giles

Antonio Molle lazo, 78 aniversario

Tribuna libre

10 de agosto 2014 - 01:00

DE nuevo es 10 de agosto. España hierve de noticias importantes que alteran estas fechas que, por su naturaleza, deberían ser tranquilas. Reparadoras de un largo año de trabajo, de lucha por conseguir o mantener puestos de trabajo, empresas a flote y recuperación del pulso de la economía.

Estrenamos reinado. Un cambio de monarcas que están imponiendo cambios muy importantes en el proceder regio. Los tiempos mandan. Aunque quizás vayamos demasiado rápidos, permisivos y radicales. Mi experiencia vital me aconseja que los cambios deben ser pausados y medidos. Cataluña emponzoña de nuevo en la historia la paz y la unidad nacional, pero vergonzosamente y atónitos los españoles contemplamos el saqueo de las arcas públicas, los sobornos y otras piraterías que nos hacen pensar que la solicitada independencia catalana, lejos de ser una explosión de ardores nacionalistas, es la consolidación del patio de monipodio. Maniobras torticeras para lavar delitos monetarios descomunales y aceptados como prácticas naturales.

Días atrás, como desde hace años, recibí la carta convocatoria a misa aniversario de la Asociación de Fieles 'Servidores de Cristo Rey' que dirige la causa de beatificación de este mártir. Aunque la firme su nieto, la iniciativa parte de Don Sixto de la Calle Jiménez. Inmarcesible caballero, compañero en el Tercio de Requetés Nuestra Sra. de la Merced, del Mártir Antonio Molle, asesinado con martirio por el Frente Popular (Comunistas, Socialistas y Anarquistas) por no querer hacer apostasía de su Fe Cristiana. No fue un vil asesinato, fue un martirio atroz y malvado, pérfido, que lentamente le fue arrebatando su vida hasta morir desangrado al sol de agosto en Palma del Río el 10 de agosto de 1936.

Quien se interese por este hecho puede visitar la web www.requetes.com/merced.html. Toda la información en esa dirección está ahí verazmente narrada.

Por mucho que traten de distorsionar la verdad jamás lo lograran. Mientras más se exageran las cosas, mayor odio se desprenda, mas inquina y animadversión, peores serán los resultados. Es la ley del péndulo.

Les pese a algunos -muchos-, España se alzó en armas contra la iniquidad, el desgobierno y la desventura. No pretendo hacer proselitismo ni justificar ningún hecho político. Cada vez nos distanciamos mas de aquellos trágicos y tristes años de la II República y la Guerra Civil del periodo 1936 - 1939. Por ley natural, apenas ya quedarán supervivientes de aquellos luctuosos años. Se le ha de dar a la historia de paso del tiempo para juzgarlos desapasionadamente. En absoluto hay que avivar las cenizas de aquel incendio para que arda nuevamente.

Hoy diez de agosto es también aniversario del levantamiento del General José Sanjurjo. Movimiento del 10 de agosto de 1932. En las páginas de este diario se publicaron artículos sobre este hecho, concretamente en Jerez. El General José Sanjurjo se sublevó en Andalucía en contra de la II República. José Sanjurjo Scanell nació en Pamplona el 28 de marzo de 1872 y murió en un accidente de avión el 20 de julio de 1936 cuando iniciaba un vuelo desde Lisboa a Burgos para tomar el mando de la Cruzada Nacional. Tuvo una brillante e intensa carrera militar. Comenzó de Teniente en Cuba, tuvo una brillante actuación recuperando los terrenos de Melilla después del Desastre a Annual. Participó en el desembarco de Alhucemas que puso fin a la Guerra de África. Fue nombrado por Primo de Rivera Alto Comisario de España en Marruecos. En 1928 fue nombrado director general de la Guardia Civil por la 2ª República.

Afortunadamente, España ha disfrutado de un periodo de paz y prosperidad que comenzó en abril de 1939 con la finalización de la Guerra Civil, continuó con el Reinado de los Monarcas Don Juan Carlos I y Su Majestad Dª Sofía de Grecia. Atravesamos una zona de turbulencias que parece que empieza a disiparse; se ven indicadores económicos que invitan a la esperanza. Pero la paz y la estabilidad nacional se agitan en banderías peligrosas. Afortunadamente, el presidente Rajoy está firme. Pero los hechos son peligrosos. El escenario mundial también se agita en la desestabilización. Conmemoramos este año el centenario del comienzo de la Guerra Mundial, el conflicto bélico más cruel de la historia de la humanidad y más víctimas produjo. Fueron terribles los gases y las armas que se estrenaron. Las trincheras fueron trampas implacables que se cobraron muchas vidas.

En la misa que por el Mártir se celebrara en la Basílica del Carmen Coronada a las 8 de la tarde, rezaremos los pocos cristianos que allí nos reuniremos para que, por la intercesión de este mártir de la Fe, la comunión de los Santos, Dios se apiade del mundo, reine la paz y la concordia. Para que nunca más se recurra a la violencia para resolver los problemas. Para que la honradez y los buenos principios aniden en las conciencias de quienes nos gobiernan. La cruz de Cristo, símbolo de pasión y muerte del hijo del hombre que murió y padeció por la salvación del mundo, proyecte su sombra sobre él. No está de moda. Ha sido desplazada hasta del juramento real; ya no son católicas majestades. Son constitucionales. Cientos, miles, de españoles como Antonio Molle Lazo prefirieron morir que abjurar de su Fe. Murieron santamente con las palabras Dios, Patria y Rey en sus labios. Merecen un respeto enorme. Por eso he escrito este artículo, en su recuerdo, para que su sacrificio no resulte estéril y sea olvidado.

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