Su propio afán
Enrique García-Máiquez
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La ciudad y los días
Aprieta el botón, Max!" le dice el profesor Fate (Jack Lemmon) a su torpe ayudante Max (Peter Falk). Y la bomba que tiran sobre el Gran Leslie (Tony Curtis) se queda enganchada en su dirigible y estalla dejándolos chamuscados, el torpedo que le disparan desde un minúsculo submarino se redirige contra ellos y la manipulación de los motores de los coches rivales, haciendo que uno tras otro se vayan estrellando, tiene este final: "¿Cuál es el siguiente, Max?", pregunta Fate. "El número cinco, se le caerá el motor al suelo", contesta Max. "Eres un genio, Máx" le dice Fate riéndose eufórico. Hasta que cae en la cuenta: "¡Max, el cinco es el nuestro!".
¿Recuerdan La carrera del siglo, el divertidísimo homenaje al cine mudo de Blake Edwards? Algo muy parecido fue la votación de la reforma laboral que volvió a convertir la más alta cámara de representación ciudadana en una charlotada, un vodevil, una astracanada, un juguete cómico-lirico o un espectáculo del Bombero Torero. Con el penoso agravante de escenificarse, no en un teatro de variedades o una plaza portátil viajando de feria en feria, sino donde se toman decisiones que afectan a las vidas de todos los ciudadanos.
Los socios del Gobierno votando en contra, los restos de Ciudadanos votando a favor, los dos diputados de UPN cambiando a última hora su voto, Sánchez con cara de palo y su bancada con expresión de duelo durante el minuto en que perdía y, como culminación, el "¡aprieta el botón, Max" del diputado del PP que se hizo el teclado un lío y votó a favor logrando que Sánchez sacara adelante la reforma gracias, además del empujoncito de harakiri-Ciudadanos, a este único voto equivocado. No cabe duda: Sánchez es un profesor Fate dispuesto a cualquier pacto-chapuza para ganar pero tiene la suerte del guapo -¡Tony Curtis, nada menos!- Gran Leslie.
Al espabilado diputado del PP también se le podría aplicar el eslogan de las primeras cámaras Kodak: "Usted aprieta el botón, nosotros hacemos el resto". La película de Edwards y el lema de Kodak tuvieron traslación parlamentaria el jueves: "¡Aprieta el botón, Alberto!" o "Alberto aprieta el botón, nosotros hacemos el resto". El bueno de Alberto Casero ha empatado con Ábalos, aunque no ha logrado superar a Gaspar Zarrías votando con pies y manos en una sesión en la que 156 senadores socialistas emitieron 177 votos, pese a que el voto sea personal e indelegable.
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