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El balcón
Saetas y cornetas en el Día de Andalucía. En sólo cinco años en el poder, Juanma Moreno ha echado las bases de un nuevo régimen, que puede durar tanto o más que el anterior socialista. Proclama un andalucismo moderno alejado de los tópicos, pero sus actos lo desmienten. La filosofía detrás de los discursos es un nacionalismo folklórico populista. En la entrega de medallas del 28F hizo una descripción de Andalucía que supera cualquier tópico: “Andalucía es comprender de qué va la vida. Es que Jaén te robe el corazón. Perderte, para enamorarte a cada paso, en Huelva. Es respirar la bruma blanca del aire de Almería. Es el misterio que tiene Córdoba, la magia que encierra Granada, el genio de Cádiz, la luz de Málaga o la poesía de Sevilla”.
No. Aunque podrían serlo, no son ripios de Lauren Postigo, arrepentido de aquel “andaluz, este no es tu referéndum” de 1980, con el que UCD pedía la abstención. Es el presidente de la posmodernidad, inventando un andalucismo de alta intensidad emocional y baja profundidad política. Y no. Tampoco se consiguió la victoria del 28F como lo contó en el Teatro de la Maestranza: “Lo que no podía suceder, sucedió, porque lo hicimos juntos”. Falsea la historia Moreno. La derecha necesita reescribir los hechos, para hacerse un hueco a posteriori. UCD y PSOE aprobaron una leonina ley de referéndum. En Almería los síes no fueron mayoría sobre el censo y se perdió. Rojas-Marcos buscó una salida a través del artículo 144 de la Constitución. El PSOE lo fulminó y denigró, aunque la fórmula que encontró después Clavero para salvar el escollo, aplicaba el 144 sin nombrarlo. De unidos, nada. Mucho cainismo, que todavía dura.
Los cimientos de este régimen se construyen a golpe de eventos y retransmisiones de Canal Sur. Lo llaman la vía andaluza. Los ingredientes son orgullo de pertenencia, invocación a la esencia “de la Andalucía cíclica y eterna, donde ya huele a primavera”, y énfasis en los agravios. La agitación se realiza sin escatimar ingredientes para la emoción. La campaña de publicidad, que ha servido de base al discurso oficial del presidente, habla de que Andalucía es líder en echar coraje a la vida, es líder en dar la bienvenida y en el arte de sentir, es líder en poner el alma y sacar una sonrisa.
Moreno dijo expresamente que no hablaba de los liderazgos que se reflejan en las estadísticas, sino de los que se reflejan en la vida. La región con más desigualdad, con la mayor tasa de población en riesgo de pobreza y exclusión, con más paro y menos PIB per cápita de España, trabaja parámetros emocionales para el aliento colectivo. La vía andaluza no es original, es la vía gallega, cambiando gaitas por cornetas. Con el mismo objetivo; que cien años dure...
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