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Por montera
Qué es un CEO? Es el máximo ejecutivo de una organización, encargado de diseñar y aplicar estrategias para lograr objetivos. Esto se aplica en las empresas a las personas cuyas funciones son las de informar a la junta directiva de los objetivos, y logros de la compañía en la que hay que aplicar estrategias para alcanzar los propósitos. Deben motivar y asesorar a los empleados, tomar decisiones, cuidar a los clientes, conseguir mayores beneficios. He visto que éste prestigioso cargo ejecutivo es acorde a las amas de casa. Se me ha antojado, esta semana, aplicarles todas estas funciones ya que, en esta nueva campaña electoral a la comunidad política, se les vuelve a olvidar, si quiera, mencionar a las amas de casa siendo el perfil perfecto. Excluyo a las familias que pueden contratar a profesionales para realizar todos los trabajos domiciliarios necesarios. A las feministas del Gobierno actual se les olvida, siempre, esta actora tan vital en la sociedad. El ama de casa es una CEO del hogar especializada en todo, pero sin cobrar por nada. Se da por sentado que estos múltiples trabajos han de suponer para la mujer una vida edificante. El ama de casa hace el trabajo de una Kelly. Si desde el Ministerio de Igualdad, Irene Montero y su equipo, se definen como feministas por defender que las mujeres tengan relaciones sexuales con la menstruación, que vayan al trabajo con los bebés en brazos como grandes logros, este es otro de los grandes olvidos hacia un sector del que dependen la sociedad y trae niños al mundo. Niños que se ven como pensiones. Trabajan como Kellys, pero no se les defiende igual. Limpian los cristales de las ventanas sin arnés. Cocinan sin el Toque Blanche de un Cheff. Se cruzan en los parques con las cuidadoras privadas de los niños de las vecinas que sí tienen un sueldo por ello. Hacen de chofer como un Uber o taxi. Nadie les aplaude a las ocho como a los sanitarios. Planchan sin cobrar lo que en una tintorería…. No hay reconocimiento público, ni premio, ni un espacio entre los Fondos Next Generation cuya traducción nos lleva a entender que las amas de casa tampoco serán valoradas en el futuro. Son millones de mujeres quienes después de todas estas labores van a trabajar de dependientas a la carnicería, a limpiar la residencia, a atender a una pastelería, un comercio o a una clínica odontológica. Seguiremos trabajando en casa como una obligación ciega ante los ojos de políticas ciegas. Eso sí: que todos tengamos la camisa planchadita para la reunión de mañana.
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