La ciudad y los días
Siempre nos quedará París
La ciudad y los días
Tres de las más famosas canciones de Navidad que desbordan estos días tras convertirse en estándares universales y atemporales gracias a las versiones de los grandes cantantes y jazzistas fueron creadas para películas.
White Christmas, uno de los himnos fundamentales de la Navidad, se convirtió en un éxito internacional en 1942 gracias a la película Holiday Inn. Irving Berlin la había creado en 1940 (“¡Es la mejor canción que he escrito… ¡No, diablos, acabo de escribir la mejor canción que nadie haya escrito!”, dijo al terminarla) y Bing Crosby la había estrenado en su programa radiofónico las Navidades de 1941. Pero fue al incorporarse a esa película en el 42 –logrando el Oscar– y editarse en disco cuando se convirtió en un éxito arrollador multiplicado por su emisión para estrujar el corazón de soldados americanos que pasaban las Navidades combatiendo lejos de sus hogares.
Otro himno de la Navidad –Have Yourself a Little Merry Christmas– fue creado en 1944 por Ralph Blane y Hugh Martin para una película que también pretendía levantar el ánimo de la población durante la guerra, Cita en San Luis, en la que la interpretaba Judy Garland. Posteriormente todos los grandes –empezando por Sinatra, Ella Fitzgerald y Tony Bennet– la grabaron. La letra era idónea para aquellos días difíciles: “Aquí estamos, como en los viejos tiempos. / Felices días dorados de antaño… / Todos volveremos a estar juntos / si el destino lo permite”.
Para la comedia musical Mame estrenada por Angela Lansbury en Broadway en 1966, basada en la obra teatral de 1956 y la película de 1958 Auntie Mame, llevada al cine en 1974 con Lucille Ball, compuso Jerry Herman su extraordinaria We Need a Little Christmas que cantaba la protagonista –siempre la música y la Navidad como consuelo– para darse ánimos tras arruinarse con la Depresión del 29.
Sí… Ya lo sé… Sánchez… Polarización, palabra del año… Montero –“la mano izquierda y derecha de Sánchez” la llamaban ayer– promocionada… Pamplona como parte –solo parte– del pago a Bildu… Los follones entre Sumar, Podemos y Pablo Iglesias… Yolanda a lo suyo… Serrano y el agujero de mil millones en Correos… El terremoto sanitario en Andalucía… Pero si hasta en las guerras se hacían treguas por Navidad, permitámonos alguna estos días con respecto al peor gobierno y la peor oposición de nuestra historia democrática. Hay que sobrevivir. Pese a ellos.
También te puede interesar
La ciudad y los días
Siempre nos quedará París
Confabulario
Manuel Gregorio González
V aleriana
Paisaje urbano
Eduardo Osborne
Memoria de Auschwitz
La colmena
Magdalena Trillo
Gracias, Errejón