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Siempre nos quedará París
Dice la OMS: "Deseamos como el que más ver el fin de los confinamientos, pero si se hace demasiado deprisa puede producirse un repunte mortal". Y pone seis condiciones para el retorno gradual: que esté controlada la transmisión, el buen funcionamiento y accesibilidad de los sistemas sanitarios, minimizar los brotes en centros de media y larga estancia como residencias de mayores, rigurosas medidas preventivas en espacios de tránsito o trabajo, el control de casos importados y una severa consciencia ciudadana. ¿Los cumplimos hoy? Leo en un periódico: "La vuelta a la actividad de los servicios esenciales se hará sin el beneplácito de todos los expertos que el Gobierno nombró para que le asesorase en la crisis del coronavirus". ¿Es lo razonable? Leo en otro que el ministro dice: "El Gobierno sigue las recomendaciones de los expertos". ¿Quién miente? ¿Somos esa versión de la carne de cañón que es la carne de mercado?
Afirma en este periódico el jefe de Infecciosos del Virgen del Rocío: "Es necesario explicar que nuestro país ocupe el primer lugar del mundo en número de nuevas infecciones ajustando por población. Entender por qué ha sucedido esto es clave para decidir qué medidas a llevar a cabo en las fases siguientes de la epidemia. La autocrítica es necesaria... La valoración del riesgo fue equivocada".
Leo en El País un artículo de la premio Príncipe de Asturias Siri Hustvedt en el que aplica a Trump las palabras del profesor de psiquiatría y psicoanalista Otto Kernberg sobre la psicopatía como forma extrema de narcisismo: "Las personas así, además de las mentiras, la grandiosidad y la falta de sentimiento de culpa y de empatía habituales, 'carecen del sentido de transcurso del tiempo, de planificación para el futuro… Su incapacidad para aprender de la experiencia pasada es una expresión de la misma incapacidad para concebir su vida más allá del momento inmediato'. Durante más de tres años, el mundo ha visto a un presidente estadounidense atrapado en su propio presente espontáneo y volátil, con un narcisismo patológico y alimentado a diario por innumerables medios de comunicación… Ha demostrado que no tiene la más mínima percepción del tiempo, ni memoria del pasado inmediato -lo que dijo ayer-, ni anticipación del futuro inmediato -qué aspecto tendrán mañana sus mentiras de hoy-. Su única urgencia es desfilar para las cámaras ahora". Y me acuerdo de Pedro Sánchez.
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Gracias, Errejón