Marco Antonio Velo
De Valencia a Jerez: Iván Duart, el rey de las paellas
Crónica personal
TODO apunta a que esta semana Susana Díaz encontrará el camino libre para seguir siendo presidenta del gobierno andaluz. Todo apunta a que será así porque desde Ciudadanos dan a entender que se abstendrán en la segunda votación tras el debate de investidura, y aunque en política nunca nada es seguro hasta que se produce -la historia está plagada de caras de asombro por acontecimientos no previstos- Ciudadanos mueve ficha después de haberse convertido, en un tiempo record de tiempo, en el partido de referencia para quienes se sienten cómodos en el espacio de centro.
Un espacio, el de centro, que permite acuerdos, apoyos, colaboraciones y componendas con los de un lado y con los del otro. Y si todo sale como prevén Ciudadanos y el Psoe, el primer movimiento del partido de Albert Rivera será mirar hacia su izquierda. Lo que de momento ha provocado tensiones internas en el PP andaluz, donde un amplio sector no acaba de comprender que Moreno no haya hecho ni un gesto de acercamiento hacia Díaz simplemente advirtiendo que si para la presidenta en funciones no había más salida que echarse en brazos de Podemos, ahí estaba el PP para abstenerse e impedir así que los andaluces sufrieran las consecuencias de que su gobierno fuera presa de un partido populista e inconsistente cuyo programa provocaría la ruina a una región necesitaba de solidez.
El casi seguro apoyo de Ciudadanos al Psoe de Susana Díaz tendría que hacer reflexionar a la dirección nacional del PP respecto a cómo plantea sus relaciones con el partido de Rivera. Ningunearlo, criticar su supuesto catalanismo, insistir en que se trata de una formación de novatos que no valen para nada, es la peor de las estrategias, porque dentro de tres semanas tendrán que sentarse a negociar con ellos sí o sí. Las encuestas indican que se han acabado los tiempos de las mayorías absolutas y el PP tendrá que pactar con otros partidos si quiere mantener algunos de sus gobiernos municipales o regionales. Y poco hay en el escenario aparte de Ciudadanos, que le está comiendo la tarta a bocados.
Es verdad que poco más hay en Ciudadanos aparte de Rivera, y es verdad que se nutre del voto contra PP fundamentalmente, como es verdad que los experimentos "contra" no suelen dar buenos resultados; Zapatero se cargó el Psoe cuando consiguió ser secretario general por el voto contra Bono y se cargó España gracias al voto contra Aznar. Pero dicho esto, es evidente que Ciudadanos está ahí, que el 24 de mayo conseguirá una nada desdeñable representación, que será quien decida sobre puntos clave del mapa autonómico y municipal.
De momento, coloca a Susana Díaz donde quería estar sin necesidad de pactar con quien no quería pactar, Podemos. Así que el PP ya puede ir espabilando y mirar con cierto respeto a Ciudadanos si quiere seguir mandando al menos en la mitad de sitios donde hoy manda.
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