David Sánchez / Dsanchez@ / Diariodejerez.com

Culpables todos, pero unos más que otros

a contracorriente

01 de agosto 2012 - 01:00

EL Xerez Deportivo es un muerto viviente, un enfermo terminal conectado a una máquina. En el actual Consejo hay xerecistas pero también personajes que buscan sus intereses particulares. La LFP lo ha dicho bien claro, la viabilidad del club es muy reducida. Si nadie lo evita, la entidad tiene fecha de caducidad: el 1 de julio de 2013, que es cuando deberá comenzar a hacer frente a sus acreedores una vez concluido el año de carencia establecido en el convenio que puso fin a un proceso concursal que se presume nefasto para los intereses azulinos. Sería injusto cargar todas las tintas contra los dos administradores concursales que ahora, por boca de Jesús Rodríguez, se defienden como gato panza arriba de las acusaciones de mala gestión. Injusto porque sólo representan una pieza más del puzzle roto que es el Deportivo. Pero deben cargar con parte de ese peso ya que resulta difícil justificar dos millones de déficit sólo en el último ejercicio. Por mucho que los ingresos se hayan desplomado. Por no hablar de los cuatro millones que había en caja tras el paso por Primera División ni de la herencia que dejan tras de sí, con el presupuesto para los fichajes cubierto y unos contratos que arrojan unos números que, con la que está cayendo en este país, están totalmente fuera de mercado. Como tampoco se entiende que, estando el club concursado, hubiera sueldos de hasta 6.000 euros mensuales en las oficinas. Para echarse las manos a la cabeza.

Que ahora vengan los administradores a decir que ellos actuaban con el visto bueno del presidente del Consejo de Administración y del director deportivo no es sino una forma de escurrir el bulto. Desde luego, pusieron mucho más empeño -y de manera totalmente justificada- en trabar los intentos de fichajes de los argentinos Alustiza y Vigneri, dos operaciones que, por decirlo de una forma suave, sembraron muchas dudas.

Pero no, los administradores no son los únicos culpables. Si hay que remontarse en el tiempo, hay que colocar en primera línea al 'inmatable', que al fin y al cabo le puso una alfombra roja primero a Luis Oliver y luego a Joaquín Morales. Por el camino, Gil Silgado. Nefastos gestores -de nuevo siendo suaves- que han ido cavando la fosa del Xerez, alguno hasta sacando beneficio por ello.

Y qué decir del abogado del concurso. Incapaz durante los más de dos años de proceso de llegar a un acuerdo con Seguridad Social, que embargó a la entidad un día después de salir del concurso. Un hecho sin precedentes.

Ahora, la situación es poco menos que insostenible. Así que la LFP pide que alguien coja la tijera de podar y corte por donde tenga que cortar para evitar que la gangrena se expanda. Los jugadores han sido los primeros en ser señalados. Algunos ya admiten en privado que se han bajado el sueldo y otros, como ayer Bruno Herrero, está dispuesto a hablar con la entidad. Sin embargo, hay quienes ni se lo plantean o quienes declaran que una medida así no tiene pies ni cabeza. Estos últimos, que vayan bajando de la nube y miren un poco a su alrededor; que son unos privilegiados que cobran cantidades indecentes para el común de los mortales y muchos hasta podrían ser denunciados por maltrato a un balón. Siguiendo las instrucciones de la comisión de control de la LFP (el Xerez está también intervenido), el personal de la oficina no escapará a los recortes -mi solidaridad para con ellos- aunque hay una pregunta que me ronda desde hace un tiempo: ¿cuánto cobrará el nuevo director general por hacer el trabajo sucio? Y otra más: ¿por qué no se ha cumplido ya con la Seguridad Social si el club lleva más de 3.500 renovaciones de abonos? ¿Es que ese dinero no ha sido ingresado en la cuenta del club? Entonces, ¿dónde está?

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