Marco Antonio Velo
En la prematura muerte del jerezano Lucas Lorente (I)
Crónica levantisca
Juan Espadas mantiene la duda de si volverá a presentarse a las elecciones municipales de Sevilla, decisión de bastante enjundia porque si lo hiciese, sería un firme candidato a suceder a Susana Díaz al frente del PSOE andaluz. Espadas pasó este martes por el Foro Joly, y abundó en el interrogante: aún no lo ha decidido. Pues, bien, ya se lo adelanto: Espadas repetirá cartel en las municipales de Sevilla. Y no es que el alcalde mienta, pero puso tanto afán en explicar todo lo que le queda por hacer, pero que ya está puesto en marcha, que el bueno de Juan no se va a ir a correr el arriesgado maratón de la Junta cuando será ahora que verá las obras del tranvía a la estación de Santa Justa, las de una nueva línea de Metro y la de los pilares de lo que sea que cruce el Guadalquivir: sea túnel o puente.
La gestión municipal de las grandes capitales tardan en arrancar, los primeros cuatro años de Juan Espadas han consistido en evitar charcos innecesarios, no prometer lo imposible y estorbar poco. Como camaleón en retama, lo ha conseguido. Es ahora cuando comienza a tener encauzados varios grandes proyectos, que no finalizarán hasta el mandato próximo.
Prueba de estos retardos municipales es el del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. No fue hasta el anterior mandato cuando colocó a Málaga como una de las grandes ciudades de España, con la apertura urbana al mar, la mejora del casco antiguo y la multiplicación de su oferta cultural.
A Espadas, que se le conoce desde bien joven, cuando era llamado Juanito Puñales por su bisoñez, le cuesta tomar decisiones como tipo prudente que es. Para afiliarse al PSOE casi se le pasa la vez, y ahora que puede pasar a la historia como uno de los mejores alcaldes que ha tenido Sevilla, no va a cambiar el despacho de la Plaza Nueva por el de San Vicente, donde su paisana de Triana se está blindando detrás de tres portones de hierro ahora que ha conseguido que Pedro Sánchez mire para otro lado.
Sevilla tiene pendiente su despertar nacional desde después de 1992, Monteseirín la sacudió, para bien, pero no fue entendido, así que Espadas tiene en su mano convertir a la ciudad en la verdadera capital alternativa, al menos en lo cultural, a Barcelona. Valencia ya ha ocupado el hueco económico. Y todo eso lo digo, a sabiendas de que él es el preferido de gran parte del PSOE para que sea su candidato a la Presidencia de la Junta.
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