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¿El pueblo salva al pueblo?
Cuando uno es joven, suele idealizar, entre otros, a futbolistas, cantantes, pilotos, escritores y un largo etcétera de mitos vivientes. Lo fundamental, es que sean ganadores potenciales, únicos y ejemplares. A partir de ahí, los convertimos en estrellas que movilizan a millones de seguidores en los cinco continentes. Lo curioso es que, gran parte de esa juventud, no se pregunte ¿quién pone los medios para que los genios nos deslumbren?
Existen múltiples factorías de héroes, entre las que se encuentra el Mundial de Motociclismo, con una larga "nómina" de ídolos planetarios. Todos ellos tienen mucho que agradecerle a Carmelo Ezpeleta, artífice principal de la repercusión que acaparan, por ejemplo, figuras como Rossi, Lorenzo, Márquez, Pedrosa, etc. A él se debe la modernización y éxito de este deporte, que en los últimos 25 años ha logrado una progresión sin parangón, objeto de admiración por el resto de disciplinas deportivas, como la propia Fórmula 1.
Ezpeleta, nacido en Barcelona hace 70 años, tuvo que abandonar sus estudios de ingeniería, pues la profesión la llevaba ya por dentro y había importantes retos esperándole, como la creación del circuito de Calafat en Tarragona, o la dirección del trazado madrileño del Jarama, que ejerció durante 10 años, o la no menos exigente responsabilidad al frente del consorcio que hizo posible el circuito de Catalunya. Los deportes del motor encontraron en Carmelo al gran impulsor de la era moderna, apoyado en la etapa de mayor innovación tecnológica y difusión televisiva, que él ha sabido dirigir como ningún otro.
Con su trabajo al frente de la empresa Dorna, Ezpeleta ha desarrollado desde 1992 una labor increíble y fructífera, que ha coincidido con la más exitosa de nuestro país en estos deportes. Por su dirección al frente de esta compañía pasan no sólo las tres categorías del Mundial: Moto 2, Moto 3 y MotoGP, sino que controlan también el Mundial de Superbikes, el Campeonato de España de Velocidad (CEV), la Rookies Cup y la Asian Tallent Cup. Muchas competiciones bajo un mismo objetivo: resultados y espectáculo.
A medida que cumples años, te vuelves más exigente escogiendo a tus ídolos. Entre los dos o tres que yo tengo, está Carmelo Ezpeleta, al que conozco desde hace más de 30 años. Doy fe de sus méritos, virtudes y cualidades. Destaco de él su sinceridad, la inagotable capacidad de esfuerzo, su actitud incombustible. Es un hombre directo, un profesional convincente, ajustado a la realidad, reflexivo y ágil. No divaga ni se anda con rodeos, resuelve con hechos y ha logrado que el motociclismo sea un deporte atractivo, espectacular, seguro, en evolución y catarsis permanente.
Hay quienes se emocionan viendo a sus héroes triunfando, y a mí me ocurre lo mismo con Ezpeleta, al que considero un "gigante del deporte". Campeones no son sólo los deportistas, para mí tienen el mismo mérito quienes los forjan…
(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue editor jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como Jefe de Prensa del Circuito de Jerez.
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