Marco Antonio Velo
En la prematura muerte del jerezano Lucas Lorente (I)
A rienda suelta
NO les vendría nada mal a los políticos de un lado y otro (y de los del centro) ver la buena labor que está haciendo el Papa Francisco I por la Iglesia actual. En un panorama nada favorable para ninguna institución, el pontífice ha logrado que un aire fresco y renovado entre por las calles del Vaticano. A un lado de las políticas que aún le queda a la Iglesia por cambiar, el Papa ha sabido enfrentarse a temas tabú de máxima actualidad respondiendo naturalmente y sin dar rodeos. Ha hablado de aborto, de homosexualidad, de corrupción en la Iglesia... e incluso ha hecho una renovación en las filas de la institución eclesiástica. Sí es cierto que estas medidas populares han sido la base del enfado de la parte más retrógrada de la Iglesia, pero es el vivo ejemplo de cómo en épocas de austeridad y de crisis, situarse al lado del pueblo y comprender qué se quiere de un líder puede ser crucial para mejorar su imagen en la sociedad.
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