La ciudad y los días
Siempre nos quedará París
Tierra de nadie
SI, Alberto Garzón ¡quien lo quiera que lo compre! Es difícil hacer tanto, tan mal, en tan poco tiempo. Garzón no tiene entidad, por no disponer de experiencia que se la haya podido regalar, ni enjundia suficiente como para liderar una utopía imposible pervertida por la humana ambición: el comunismo. Garzón es un náufrago prematuro, un arribista de la ecléctica supervivencia, un don nadie con prostituidos aires marxistas, un incoherente sobrado de arrogancia pueril e irrisoria, con la necedad por cabecera y lo obtuso reposando sobre su mesilla de noche… Pena de gentes que se han dejado ¿arrastrar? por las incoherencias de un espantapájaros de la izquierda que ya no es.
Durará muchos años deambulando, por y para nada, por los pasillos baldíos de un Congreso de Diputados yermo, caduco e inoperante, como tan bien lo hizo su antecesor, Llamazares. Dará tumbos anodinos de un lado a otro, hasta que alguien le de una palmadita en el hombro y le susurre: ¡últimamente no se te oye! Entonces se agarrará al invento al que más punta le pueda sacar y ocupará varios minutos de algún telediario anodino -ahí ya se cuenta de todo-, o puede que hasta la tercera o quinta página de cualquier rotativo con el becario indispuesto y cuatro módulos por cubrir.
Garzón es una sombra inerte, le puede la mediocridad que le ocupa; le asfixia la ilusión por lo que le sobrepasa: casi todo lo que pueda dejar persistente huella. Garzón se pensó aterrizado en política, pero sólo se estrelló en un campo de cebollinos que crecían al revés: de arriba hacia abajo. En ese erial, sí, es el indiscutible líder.
Nos queda el maestro armero. El especialista en vender humo del color que a usted más le guste ¡oiga!, sin problema ninguno, "la factoría Iglesias" puede con todo, en cuanto a demagogia para simples y palabrería barata para todos se refiere, ¡es el mejor! Es el encantador de serpientes por antonomasia; el "profeta" del "comunismo revolucionario", de la nueva "socialdemocracia" o, si falta hiciese, de la "democracia progresista", del "nuevo centro democrático y social", o de los apellidos bastardos con los que se quiera enmascarar lo que sólo lleva un nombre: ambición. Es quien dice cantar a la libertad, luchar por recuperarla y entregarla "al pueblo", pero respeta al Chaves que oprimió y esquilmó a los venezolanos de a pie, defiende al Maduro que viola la Constitución y encarcela a quien no piensa como él; se financió con dinero manchado de sangre, injusticia y tiranía: el Irán de los 'ayatolás'... Es quien no condena a los asesinos etarras, que rompieron la vida de casi mil seres humanos inocentes, y las de todos los que les querían, pero le da mucha pena que los criminales purguen su culpa en prisiones "lejos de sus casas". Es quien defiende la expropiación de la propiedad privada, ganada con esfuerzo honrado, quien ampara el embargo de los ahorros de los que sudaron para asegurarse un futuro digno y honesto, quien apoya a los "manteros" ilegales que no pagan impuestos en lugar de hacerlo con los comerciantes que sí los pagan y son quienes le dan de comer. Es quien se burla de creencias ajenas, ofende sentimientos religiosos que no comparte, insulta al contrincante, amenaza al "disidente", desprecia a quien no le aclama... es quien impone, por encima de diálogo, entendimiento o aceptación de alternativa que no le plazca. Es quien defiende al que apalea a un concejal de otro partido y a quien agrede a la cajera de un supermercado por tratar de evitar que los piquetes le robasen, y a quien maltrata a una mujer, embarazada de seis meses, tirándola al suelo, sacándola por la ventana del negocio en el que trabajaba cuando "los defensores de la libertad" habían impuesto la huelga y, al grito de "puta borracha, en tu casa fregando platos es donde tienes que estar", enunciaban, muy a las claras, los propósitos, y muy sentidos ideales, que adornan "la revolución" de estos luchadores por el progreso, la fraternidad y la igualdad ... Es, también, quien promete lo que sabe imposible, quien anda "buscando por los cajones" las fotos -para romperlas- que se hizo con su "camarada" Tsipras -'el griego' que no baila ahora precisamente un 'sirtaki'-, el que antes decía lo mismo que él nos dice ahora, y ahora hace lo mismo que antes hacían los que él decía que había que "enterrar", siempre, claro, "por la libertad". Un calco de lo que sucederá, si ocasión se diese, con nuestro maestro armero.
Pablo Iglesias, es indiferente a la incoherencia, le resbala, como le trae absolutamente al pairo decir, a sabiendas de su incapacidad para cumplir, lo que quieren oír los que le atienden. Él sabe que lo que no puede ser es imposible, con "podemos" y sin podemos, pero le da igual, hablar es gratis, las falsas promesas, indecencias, mentiras, burdos engaños y propósitos imposibles quedarán en el cajón, junto a las fotos con el "comandante y el griego". Las reclamaciones al maestro armero, pero en este caso, al de verdad: al del cuartel.
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