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Punto de vista
EN una democracia es esencial el derecho a la información y así lo recoge nuestra Constitución. En mi oficio de abogado he tenido muchos casos, en todos ellos defendiendo al informador. Conozco bien hasta dónde llega el derecho y cuáles son sus límites.
Ahora resulta que un periódico digital (que se subtitula: "Información desde la izquierda") ha publicado, con rango de primicia unos "papeles" de Roberto Naseiro, procesado por cohecho y absuelto por la obtención de pruebas ilegales en su contra y que fue el tesorero de AP cuando Fraga volvió a la presidencia del partido por la dimisión de Antonio Hernández Mancha. Según el periódico, estos papeles demuestran que la caja B y el dinero negro existían ya en 1987, cuando Antonio Hernández Mancha presidía Alianza Popular. En la Cadena Ser, en el programa de Pepa Bueno, ella e Iñaki Gabilondo, al alimón, han analizado la noticia difundida por el periódico digital bajo el título de "corrupto de nacimiento" y comentado que "la mentira de la doble contabilidad y los sobresueldos existían desde el nacimiento del partido"; en definitiva, que tanto AP como el PP han vivido siempre en la ilegalidad.
Antonio Hernández Mancha, presidente de AP desde marzo de 1987 a fines de 1988, llamó a la Cadena Ser para desmentir la información y tuvo que recurrir a las más altas instancias de Prisa para que le dieran oportunidad de explicarse, negando y justificando ilegalidad alguna. Así lo hizo ayer y sus explicaciones fueron más que convincentes. Por mi parte, como fui secretario de finanzas de AP en esos tiempos, (no tesorero porque no tuve que guardar ningún tesoro, sino buscar créditos para financiar las campañas de las europeas y las catalanas de 1988) confirmo lo que dijo Antonio. Menos mal que nos perdonan la vida, porque -aclaran- que al haber pasado más de 20 años, nuestros delitos, como los asesinatos, estarían prescritos. Parece mentira que periodistas tan cualificados pasen por alto que los dineros que se reciben en concepto de comisiones, coimas o cohechos es cuando se tiene poder, y entonces AP no gobernaba prácticamente en ningún sitio. Era el PSOE el que lo tenía en todas las instituciones y bien que lo usó. Cuando yo estuve en AP encargado de sus finanzas no había sobresueldos ni otra financiación que las subvenciones del Estado y donativos de simpatizantes, nada generosos.
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