Marco Antonio Velo
En la prematura muerte del jerezano Lucas Lorente (I)
TRIBUNA LIBRE
COMO todos los años, creo que es mi deber dejar unas líneas sobre el oficio que ejerzo desde 1993 y que en este día se conmemora. La Ciudad de Jerez nace en el siglo XIII, y a partir de ese momento nace su archivo municipal, siendo la institución escrituraria más antigua Ya en sus comienzos el concejo jerezano habilita a una serie de caballeros como defensores del arca de privilegios, podríamos denominarlos los archiveros más antiguos de la ciudad. Con el paso del tiempo y atendiendo, siempre, a necesidades legales, fiscales o administrativas van apareciendo otros cargos que disponen y actúan con los documentos, destacando los escribanos de cabildo, verdaderos protagonistas de la defensa y conservación de derechos y garantías documentales. Pero da la circunstancia de que es Jerez de la Frontera, una ciudad en la que el oficio de archivero se adscribe tempranamente a las funciones y ramos municipales desde finales del XIX, siendo su ejemplo y paradigma Antonio Fernández Formentani, verdadero demiurgo de nuestro archivo municipal, ya que es el que mejor ha trabajado y conocido dichos fondos, hasta la fecha, siendo muy dignos seguidores Agustín Muñoz y Gómez, Adolfo Rodríguez del Rivero y Manuel Esteve Guerrero. Pero no es hasta bien llegado el siglo XXI cuando se inicia una serie de tendencias y elementos normalizadores, que van inspirando una nueva concepción de la Archivística y del oficio de los archiveros que queda expresada en la Declaración Universal sobre los Archivos, la cual adjunto. Pero que creo perviven en sus aspectos esenciales en los archiveros y oficiales jerezanos, a los cuales nos debemos y de alguna manera somos continuadores.
Declaración Universal sobre los Archivos
Los archivos custodian decisiones, actuaciones y memoria. Los archivos conservan un patrimonio único e irremplazable que se transmite de generación en generación. Los documentos son gestionados en los archivos desde su origen para preservar su valor y su significado. Los documentos son fuentes fiables de información que garantizan la seguridad y la transparencia de las actuaciones administrativas. Juegan un papel esencial en el desarrollo de la sociedad contribuyendo a la constitución y salvaguarda de la memoria individual y colectiva. El libre acceso a los archivos enriquece nuestro conocimiento de la sociedad, promueve la democracia, protege los derechos de los ciudadanos y mejora la calidad de vida.
Por ello, nosotros reconocemos:
• El carácter único de los archivos como fieles testimonios de las actividades administrativas, culturales e intelectuales.
• El carácter esencial de los archivos para garantizar una gestión eficaz, responsable y transparente, para proteger los derechos de los ciudadanos, asegurar la memoria individual y colectiva y para comprender el pasado, documentar el presente para preparar el futuro.
• La multiplicidad de soportes en los que los documentos son creados y conservados: papel, audiovisual, digital y otros de cualquier naturaleza.
•El papel de los archiveros, profesionales cualificados, con formación inicial y continuada, sirven a la sociedad garantizando el proceso de producción de los documentos, su selección y su conservación para facilitar su uso. Por lo tanto, nos comprometemos a trabajar conjuntamente para que:
•Se adopten y se apliquen políticas y normas legales en materia de archivos.
•Todos los organismos públicos o privados valoren y ejerzan eficazmente la gestión de sus archivos.
•Se doten los recursos adecuados para asegurar la correcta gestión de los archivos.
•Los archivos sean gestionados y conservados en condiciones que aseguren su autenticidad, fiabilidad, integridad y uso.
•Los archivos sean accesibles a todos.
Oslo, 28 de septiembre de 2010
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