Marco Antonio Velo
En la prematura muerte del jerezano Lucas Lorente (I)
Jerez Íntimo
¿Qué es Andalucía? ¿Un ensueño con epopeya lírica de Luis Cernuda? ¿Un pañuelo perfumado con la cicuta del embuste? ¿Un suspiro de incienso? ¿Un milagro extraviado por la dejación de los hijos de la blanca y verde? ¿El sortilegio de una verdad poliédrica? ¿Aquel pelo en caracolillo que besa el prontuario racial de la Zarzamora? ¿Un proscrito teatro gaditano que, siendo “fuente de coplas”, fue llorado “mirando al mar, desesperada” por la Torre Tavira en tanto sobre sus tablas, ya hechas escombros, quedara “el último lamento de Camarón y el clavel postrero de Rafael Farina”?
¿Qué es Andalucía? ¿Una nostalgia del desconchón en casa del abuelo? ¿El rito inculpado del apellido árabe-andaluz? ¿Un recuento de pérdidas? ¿La biología del arte? ¿Dios en la ciudad tras los tiempos de vísperas? ¿El desgobierno de una frustración? ¿El activo de herencias y el pasivo de trampas que entonces pudimos leer en el ensayo ‘Andalucía, tercer mundo’ de Antonio Burgos? ¿El epónimo valedero para definir el sabor del huevo a la flamenca? ¿La voluta del Barroco que en volandas coge cadencia en la canastilla de un paso de misterio de cofradía de barrio?
¿Qué es Andalucía? ¿El octosílabo que se deletrea a las orillas de un río? ¿La rima asonante del verso que es beso limpio de adolescentes enamorados? ¿Los cielos que perdimos en la prosa poética de Joaquín Romero Murube? ¿El boom de la narrativa de los primeros años setenta? ¿Un germinal asombro por martinete en la fragua de Vulcano?
¿Dos chaveas comiendo fruta en un lienzo de Murillo? ¿La casa semidorada de la Inmaculada Concepción? ¿El escote en precipicio de la ‘Chiquita piconera' que pintara Julio Romero de Torres? ¿El arlequín con espejo que refleja la camiseta a rayas y la amante sin medias de Picasso? ¿El amarillo que “está maldito para los artistas” según la familia Pepperoni de Manolo Santander?
¿Qué es Andalucía? ¿El yugo lleno de espinas de esta nación de sambenitos que hemos dado en llamar España? ¿Un guiño de añoranzas en noches de zambombas jerezanas? ¿La pureza del acento castellano? ¿La bella gitanería del lamento por tarantos? ¿La sabiduría de la cultura turdetana?
¿El azulejo de sonrisa cómplice en los labios de Triana? ¿Una mujer cordobesa que pisa las arenas de Huelva? ¿Las kilométricas simetrías del cortejo de nazarenos de la sevillana Amargura de San Juan de la Palma? ¿La santidad que anida en el roete de la bisabuela anónima? ¿El solo de corneta de ‘Silencio Blanco’?
¿Qué es Andalucía? ¿El vacío que susurra antiguas palabras de amor a la viuda sin consuelo? ¿Los preliminares de un punteado de guitarra española? ¿La fascinación del verde que te quiero verde de la Esperanza con mayúsculas que avanza bajo palio? ¿Qué es Andalucía? ¿El “me pregunto si algún día daremos el paso al frente y enseñaremos los dientes con sangre y valentía” del pasodoble escrito por Juan Carlos Aragón para la comparsa ‘Los mafiosos’?
¿El barquillo de vela que sueña con ser marinero tan blanco de espuma y sal en las sevillanas de Cantores de Híspalis? ¿La mirada en bronce con rumbo a la quilla de Fernando Quiñones? ¿Los mofletes de los ángeles querubines que poetizara Rafa Serna?
¿El compás de los vecinos de Jesús del Prendimiento en la cuna del flamenco?¿Las lágrimas de San Pedro en las soleares de otros cantes antiguos? ¿El negocio que se pacta con la firma sin papeles de una copa en la mano? ¿La cátedra académica -léase el bachiller de la calle- del Séneca de la gente sencilla que diseñara José María Pemán?
¿Las bulerías del "qué no daría yo por empezar de nuevo" en la voz de
faralaes y "rumor de caracolas" de Rocío Jurado? Dímelo tú, dímelo que ahora
me lees: ¿qué es Andalucía? ¿La buena cara al mal tiempo? ¿La dignidad de la
paciente espera? ¿Un niño que corre de brazos abiertos hasta el corazón de
sus padres?
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