Felipe Morenes Giles

Motivos para la esperanza

Tribuna libre

04 de julio 2016 - 01:00

ESTA semana se despertó Jerez con una buena noticia: las elecciones al Consejo Regulador del Xéres-Jerez- Sherry y Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda. Digo que es una buena noticia por la normalidad y los resultados con los que se ha desarrollado el proceso, motivo por el cual felicito y doy la enhorabuena a todos los que han participado.

El importantísimo negocio vinatero de Jerez -en el cual incluyo viñas, industrias subsidiarias y economía inducida- llevaba años retrocediendo, bajando peldaños que no se recuperaban. Toda suerte de calamidades ha padecido este antiguo negocio, tan importante y característico para nuestra región; no se pueden confabular juntos más desastres. Sin embargo, como el ave Fénix, parece que renace de sus cenizas.

Qué voy a contar que no sepamos todos los jerezanos: ventas de importantes y acrisoladas firmas bodegueras enajenadas a multinacionales que las han abandonado a su suerte; todo el affaire de José María Ruiz-Mateos, con sus ramificaciones y profundas consecuencias; como resultado de esta galerna, hundimiento de las industrias afines tales como Jerez Industrial y sus filiales, fábrica de botellas, proveedores diversos, destrucción de empleo. Una espiral de catástrofes para los jerezanos que durante siglos subsistieron gracias a este sector.

Pero al fin se abre una luz en el firmamento y parece que comienza a salir el sol de nuevo. Domecq y Garvey, rescatadas de una muerte segura. Por un empresario potente y esperanzado que ha traído su capital y sus ilusiones para proyectarlos en Jerez, en su negocio vinatero. Algo habrá visto cuando lo ha hecho. Recemos a nuestra patrona mercedaria para que triunfen sus proyectos, la semilla crezca y dé frutos.

Y ahora las elecciones del Consejo Regulador que merecen un análisis más bien sociológico, humano, espiritual que económico. Me explicaré.

La presidencia ha resultado en un señor (en toda la extensión de la palabra) que atesora en sus genes la huella de las más importantes familias vinateras del Marco: Williams, González, Domecq además del ilustre apellido Mora-Figuera al cual pertenece - entre otros - el título de Marqués de Tamarón, saga de importantes hombres de las diversas ramas del humanismo, las armas y la ciencia.

El presidente Don Beltrán Domecq es un fruto genuino de la cultura acrisolada por generaciones de buen hacer; de esfuerzos, de lucha, de empleo de recursos en formación, educación y amalgamamiento de culturas adaptadas al medio. Imposible de hallar una persona con más propiedades para representar al vino de Jerez.

Pero mi regocijo no termina aquí. A su lado, pisándole los talones, aparece un nuevo personaje que fruto del esfuerzo, la ilusión y el deseo de triunfo se abre paso en este escenario. Donde parece que lo único que hay que hacer es derribar, dar sepultar y lamentarse. Estoy hablando de Salvador Espinosa Rodríguez. Atentos a esta familia. Pasito a pasito, con muchísimo trabajo y grandes dosis de ilusión van conquistando posiciones en el mundo bodeguero. Más aun, ya están muy bien posicionados para triunfar. Han realizado unas excelentes adquisiciones con mucho sentido común y firmeza. Sin correr pero con las metas muy claras: Viñas, centros de vendimia sin parangón y ahora bodegas y marcas acrisoladas que les han de permitir avanzar en el mercado sin ningún género de dudas. Hablo en plural porque mi admiración y elogios no se circunscriben al joven vicepresidente; continúan y se acrecientan en su padre -Salvador Espinosa- al cual me una vieja y entrañable admiración y que también felicito de estas líneas pidiéndole de nuevo a la patrona mercedaria que los proteja y les de prosperidad para que consoliden sus apuestas por el bien general de Jerez.

Pero hay más. No puedo ignorar en estos laudes a los herederos /sucesores de Don José Estévez de los Reyes, que con valor temerario y un trabajo colosal levantó el imperio que es hoy el grupo Estévez. Ejemplo de lo que se puede conseguir trabajando duro y con sensatez. Son impresionantes sus viñedos, sus marcas; todos jóvenes y preparados para producir abundantes cosechas por muchos años. Estos comentarios que realizo sin poder extenderme por la brevedad de un artículo periodístico, es ilusionante y esperanzador.

Por último -no por ello menos importante- otro motivo de ilusión: el relevo en la presidencia de Osborne, nuestros amables vecinos de El Puerto. Se reirá por imperativos estatutarios otro clásico de las familias del sherry -el Conde Osborne- para reemplazarle un hombre joven y muy bien preparado que días atrás nos deleitó con sus acertados comentarios en el Hotel Jerez en el acto organizado por el Grupo Joly y el Banco de Santander: Don Ignacio Osborne Cologan.

Por eso he titulado este articulo 'Motivos para la esperanza'. Porque sinceramente veo motivos reales para un nuevo despegue de la actividad en la zona. Veo capital humano preparado, ilusionado y con deseos sanos de triunfo. Recordemos la parábola de los denarios. Confiemos que así sea por el bien de la sociedad en general. No hay mal que cien años dure. Nosotros, Jerez, ya ha superado esos cien años de castigo y es hora de que la luz de la prosperidad brille con fuerza alentadora en nuestro horizonte.

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